Las dudas que debe resolver Salah Abdeslam tras ser capturado

Salah Abdeslam, el único autor material de los atentados de París que permanece con vida, fue capturado ayer en su barrio natal de Molenbeek, en Bruselas, después de cuatro meses de huida. Fue detenido junto a otras cuatro personas. Abdeslam será expatriado a Francia de manera rápida.

Con la detención de Salah Abdeslam, los investigadores esperan resolver muchas de las dudas que quedan por resolver sobre el terrible atentado en París, aquella fatídica noche de noviembre. Se cree que Abdeslam fue el coordinador de los ataques, pero queda por saber dónde aprendió a fabricar explosivos y por qué no se detonó. Las autoridades desean conocer si realmente Abaaud, un belga de 28 años, fue el cerebro de los atentados. También, si se organizaron en Siria, bajo instrucciones directas del Estado Islámico. Tampoco saben con certeza aún quiénes eran los dos sirios que se explotaron en el estadio.

El enigma sobre el paradero del terrorista más buscado de Europa, directamente involucrado con la matanza de París del pasado 13 de noviembre, ha terminado. El enemigo público número uno de las autoridades belgas y francesas, Salah Abdeslam, fue capturado ayer tras resultar herido en la rodilla en el marco de una macrooperación policial que tuvo lugar en la comuna de Molenbeek, el barrio en el que se crió y en el que sigue residiendo su familia. En el último momento, no presentó resistencia al ser detenido y poco después ya contaba con un conocido abogado penalista. El presidente de la República, François Hollande, y el primer ministro belga, Charles Michel, presentes los dos ayer en la capital comunitaria, confirmaron ayer que Abdeslam será expatriado a Francia de manera rápida.

Los hechos que dieron lugar a su captura se precipitaron en pocas horas. Por la mañana, la Fiscalía belga confirmó que había encontrado huellas dactilares y restos de ADN de Abdeslam en el piso en el que fue abatido un yihadista el pasado martes en Forest, al oeste de la ciudad, en un dispositivo conjunto con la Gendarmería francesa. Un hallazgo que aceleró la operación de ayer, que estaba prevista inicialmente para el día de hoy y que avaló la hipótesis de que uno de los presuntos yihadistas huidos esta semana fuera precisamente el propio Abdeslam.

Molenbeek, considerado un auténtico santuario de yihadistas, se convirtió a partir de ese momento en el epicentro de la noticia, al igual que sucedió tras los atentados de París durante los días en los que la capital comunitaria vivió prácticamente en toque de queda. El barrio volvió a vivir unas imágenes muy parecidas a las de entonces, con ambulancias, policías, un estricto cordón de seguridad y un enjambre de periodistas. En medio de esta situación, los vecinos, que asistían con una mezcla de sorpresa y resignación a la enésima operación policial de los últimos meses, y con el temor como telón de fondo de que vivir en Moleenbek pase a convertirse en un estigma.

La operación se encontraba todavía en marcha durante esta madrugada y había aún varios interrogantes por resolver en medio del ruido de varias detonaciones en la zona de la captura.Se sabe que Abdeslam no estaba solo en el momento del tiroteo previo a su detención y, según confirmó el Gobierno belga, al menos otras cuatro personas fueron detenidas, dos de las cuales se habían atrincherado con él en el mismo inmueble de la zona de Quatre Vents. Asimismo, el fiscal confirmó que el terrorista abatido el martes por un francotirador de las Fuerzas de Seguridad era uno de sus cómplices, aunque no estuviera fichado porque operaba con una identidad falsa, la de Samir Bauzid.

Una fuente policial citada por la cadena RTBF indicó que mantenían vigilada la vivienda desde hacía dos días, pero otras fuentes oficiales señalaron que las Fuerzas de Seguridad recibieron un chivatazo. Después de varias horas de operativo, el secretario de Estado belga de Inmigración, Theo Francken, escribió en Twitter: «Lo tenemos», noticia que la Fiscalía belga confirmó poco después. Abdeslam resultó herido en una pierna y fue trasladado al hospital de St Pierre que al cierre de esta edición estaba custodiado por fuertes médidas de seguridad.

La incapacidad de las Fuerzas de Seguridad belgas de detener a Abdeslam, en medio de continuas críticas por la descoordinación entre los diferentes cuerpos, se había convertido en estos meses en un debate nacional. El terrorista hasta ahora más buscado consiguió escapar del cerco policial dos días después de haberse producido los ataques que se cobraron la vida de 130 personas desde su escondite de Molenbeek. El propio ministro de Justicia belga, Koeen Gens, tuvo que reconocer que la Policía postergó en esos momentos una posible detención debido a que las leyes belgas prohíben este tipo de operaciones a partir de las nueve de la noche salvo en caso de delito flagrante (excluido terrorismo) o incendio. Una legislación que está siendo revisada para evitar que este caso se repita en el futuro. La detención de Abdeslam coincidió ayer con la cumbre europea entre los Veintiocho y Turquía. Esto propició un encuentro entre Hollande y Michel, que abandonaron precipitadamente el edificio del Consejo Europeo para tener información de primera mano.

Abdeslam es un joven de origen marroquí nacido en Bélgica hace 26 años. Participó en los atentados de París junto a su hermano y, junto a su colaborador Mohammad Abrini –del que se sospecha que huyó en la operación del martes–, es el único de los implicados en la matanza que permanece con vida. Precisamente uno de los grandes interrogantes es el motivo por el que Abdeslam no se inmoló tras los atentados, como hicieron su hermano Ibrahim y el resto de los yihadistas. El terrorista más buscado por la Interpol se crió en Moleenbek , sus conocidos le definen más que como un fanático, como un joven indolente (fue despedido de su empleo en la red pública de transporte belga por faltar a menudo a trabajar). Ha cometido delitos menores y era aficionado a fumar hachís. Parece que su radicalización estuvo ligada de manera directa a su amistad con Abdelhamid Abaaoud, el considerado cerebro de los atentados de París, muerto en Saint-Denis en el cerco policial, después de la vuelta de éste de Siria y viejo conocido del barrio. Empezó a rezar de manera habitual, tal y como prescribe el Corán, seis meses antes de cometer el atentado.

Belkaid, un argelino nacido el 9 de julio de 1980, estaba de manera irregular en Bélgica y había cometido un robo menor en 2014.

Junto a su cuerpo se encontró un fusil de asalto kalashnikov con el que disparó a los agentes y un libro sobre salafismo, además de munición y una bandera del Estado Islámico.

Tras el tiroteo, dos personas que "probablemente"estaban también en el inmueble se dieron a la fuga.

Los investigadores habían establecido un vínculo posible entre el apartamento de Forest y un lugar que servía de escondite en la localidad belga de Charleroi (sur del país), ocupado por uno de los comandos de París justo antes de su marcha hacia Francia.

En Charleroi, la policía encontró trazas de ADN de Chakib Akrouh, uno de los kamikazes del apartamento de St-Denis cinco días después de los atentados de París, así como las huellas digitales de Abdelhamid Abaaoud, considerado uno de los organizadores de los ataques y que murió en el mismo asalto, así como de Salah Abdeslam.

También se encontraron huellas de Abdeslam en un registro llevado a cabo el pasado 10 de diciembre en una vivienda en el distrito bruselense de Schaerbeek.

Efe