Tribunal Penal Internacional
Holanda investiga cómo accedió al veneno el criminal de guerra serbocroata
Países Bajos investiga cómo el general croata logró el veneno y quién se lo facilitó. Otros dos presos ya se suicidaron en las celdas del TPIY
Países Bajos investiga cómo el general croata logró el veneno y quién se lo facilitó. Otros dos presos ya se suicidaron en las celdas del TPIY
Las medidas de seguridad del Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia (TPIY) están en tela de juicio. La Fiscalía holandesa abrió ayer una investigación a petición de la Corte sobre el suicidio del criminal de guerra serbocroata Slobodan Praljak, quien ingirió un frasco de veneno durante la vista del miércoles tras conocer el veredicto que confirmaba su condena a 20 años de prisión.
Cómo Praljak obtuvo el veneno que acabó con su vida es hasta ahora un misterio. Todos los indicios apuntan a que el ex militar habría recibido el presunto veneno de alguien, en prisión o en el tribunal, pero los visitantes tanto de la cárcel donde ha estado recluido como del TPIY deben pasar controles de seguridad similares a los de un pasajero en un aeropuerto. Sus posesiones pasan a través de un dispositivo de rayos X y ellos mismos tienen que atravesar una puerta de seguridad. Incluso pueden ser revisados en un segundo control. Pero estos parecen no ser infalibles, ya que, al igual que en los aeropuertos, sería posible pasar pastillas y líquidos en pequeñas cantidades.
La Fiscalía holandesa confirmó ayer que el frasco del que bebió el criminal de guerra serbocroata contiene «un producto químico que puede llevar a la muerte», aunque se desconoce aún el veneno exacto que acabó con la vida de Praljak. Son pocas las sustancias letales en el mundo y algunas hipótesis bajaran el cianuro, la estricnina o las semillas de cianuro. El Instituto Forense holandés está llevando a cabo la autopsia del cuerpo del ex general. Se espera que las dudas sobre la causa de su fallecimiento se despejen una vez que concluya la investigación toxicológica, cuyos resultados se esperan para los próximos días.
Las autoridades holandesas están investigando quién pudo administrar la sustancia letal a Praljak y por qué no fue detectada por los servicios de seguridad del tribunal, considerado uno de los más seguros del mundo. En concreto, el Ministerio Público se centra ahora en la asistencia al suicidio y la violación de la Ley de Medicamentos. Y es que lo cierto es que el de Praljak no es el primer caso de suicidio en el TPIY y, por ello, sombras y dudas se ciernen sobre el propio tribunal internacional establecido para juzgar el gonocidio balcánico. Otros dos presos convictos de crímenes de guerra y lesa humanidad también se suicidaron en sus celdas.
El primero en quitarse la vida, Slavko Dokmanovic, de 48 años, no esperó a saber cuál era el veredicto de la corte. Apareció ahorcado en junio de 1998 en su celda de Scheveningen. Había sido juzgado por su participación en la masacre del hospital de Vukovar (Croacia), donde paramilitares serbios abatieron a más de 200 pacientes. En marzo de 2006, Milan Babic, antiguo presidente de la región secesionista serbia de Krajina (Croacia), también fue hallado muerto en su celda. Había sido condenado a trece años de cárcel por crímenes contra la humanidad y limpieza étnica durante la guerra de los Balcanes.
Praljak ha permanecido recluido desde abril de 2004 en la unidad especial de Scheveningen para sospechosos del tribunal, donde el régimen de los presos se considera muy humano. Se les permite recibir una visita completa por parte de miembros de su familia o amigos, o de su equipo jurídico.
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