Irán

Irán acude a las urnas tras el pacto nuclear con Occidente

Las elecciones al Parlamento y a la Asamblea de Expertos de mañana son un plebiscito sobre la apertura al exterior del régimen teocrático.

Seguidoras de Hasan Zamani, uno de los candidatos en las próximas elecciones parlamentarias, en un acto de apoyo celebrado en Teherán
Seguidoras de Hasan Zamani, uno de los candidatos en las próximas elecciones parlamentarias, en un acto de apoyo celebrado en Teheránlarazon

Las elecciones al Parlamento y a la Asamblea de Expertos de mañana son un plebiscito sobre la apertura al exterior del régimen teocrático.

A las ocho de la mañana de hoy se pone fin a la campaña de unas elecciones clave para el futuro de Irán: mañana se celebran los primeros comicios tras la firma del tratado nuclear por parte del presidente Hasan Rohani y el levantamiento de las sanciones de Occidente. Y muchos ven en la contienda un plebiscito sobre el aislacionismo o la apertura a la comunidad internacional. A pesar de la importancia del doble proceso electoral, los candidatos no han tenido ni una semana entera para darse a conocer o convencer a los posibles votantes iraníes. Lo cierto es que ha sido mucho más largo el proceso de criba de candidatos por parte del Consejo de Guardianes que la campaña electoral en sí. No es la única crítica que se puede escuchar en ciertos sectores de la sociedad de Teherán, que lamentan también la opacidad del proceso o el hecho de que en algunas circunscripciones sólo haya sido seleccionado un candidato sin oposición (de 12 aspirantes). Estas anomalías han creado cierta apatía entre los votantes, sobre todo entre los más jóvenes de la República Islámica.

Casi 55 millones de iraníes están llamados a las urnas para una doble votación. Por una parte, están en juego los 290 escaños del Parlamento (majlis); por otro, se renueva la Asamblea de Expertos (órgano que supervisa y elige al líder supremo). El Parlamento de 2012 resultó de mayoría conservadora, pues en las anteriores elecciones los reformistas llamaron al boicot tras la represión contra la Revolución Verde en 2009. Esta vez, aunque se haya descalificado a la inmensa mayoría de sus candidatos, los reformistas han apostado por concurrir, por dar un giro al poder político. Asimismo, se han unido a moderados e independientes para tener más fuerza y representación. «Es la mejor manera de lograr un cambio en el Parlamento», asegura Omid, un voluntario que reparte octavillas y revistas de los reformistas a la salida del Gran Bazar en Teherán. El joven y su equipo están emocionados y, aunque apenas han tenido tiempo de imprimir las hojas con los nombres finales, explica orgulloso que en el paquete de 30 candidatos hay ocho mujeres.

«A los ultraconservadores les beneficia que haya una escasa participación mañana», explica Mehrzad Boroujerdi, profesor de Política en la Universidad de Syracusa. «Si por el contrario se logra movilizar al electorado (a más de un 70%), esto sin duda favorece a los reformistas». Ahí esta el dilema: gran parte de la juventud iraní no está comprometida con la política y un 60% de los 79 millones de la población iraní tiene menos de 30 años, lo que les convierte en un electorado clave. Alí, un joven ingeniero, asevera que ni siquiera votará en blanco, su prioridad no es ni echar a los conservadores del «majlis» ni que los reformistas tengan más opciones a elegir al futuro líder supremo: «Es un sistema electoral completamente controlado por los órganos del Gobierno. No son unas elecciones libres, por lo tanto, no quiero participar, es mi manera de decir que no estoy conforme». De hecho, de la cifra récord de personas que aspiraban a las candidaturas (12.123), el Consejo de Guardianes escogió a 6.233, eliminando al 49% de las opciones en general y al 99% de los reformistas, en particular. Para Sina, de 20 años, este proceso electoral tiene una mayor trascendencia. «Es la primera vez que voy a ejercer mi derecho a voto y creo que es muy importante que participemos. Tenemos derecho a decidir, a formar parte». Para el joven, la lista de 30 reformistas, liderada por Mohamed Reza Aref, es la mejor opción. Aref es una de las figuras más influyentes en el escenario político iraní. Su renuncia a la nominación presidencial en favor de Rohani fue esencial para para la victoria del actual presidente. También en la votación para elegir la Asamblea de Expertos, el primerizo Sina votará por este movimiento, en el que concurre el propio Rohani.