Viena
Irán avanza en su programa nuclear
El régimen de los ayatolás construye otra central atómico a 240 kilómetros de Teherán, según «The Daily Telegraph»
Resultado positivo, punto de inflexión e hito. Así calificó ayer el ministro de Exteriores de Irán, Ali Akbar Salehi, la reunión con las cinco potencias del Consejo de Seguridad y Alemania (Grupo 5+1) que ponía fin a la cuarta ronda de negociaciones sobre el polémico programa nuclear de la república islámica. "Me alegra decir que el resultado de la reunión ha sido positivo. Se ha puesto en el camino correcto y se está moviendo en la dirección apropiada. Eso es importante", indicó. Pero mientras el político descorchaba champán y se congratulaba en Viena por el buen hacer de su Gobierno, en Londres los ánimos eran muy distintos. El rotativo The Telegraph publicaba en portada unas imágenes tomadas por satélite que dejaban patente que Irán está inmerso en el desarrollo de otra planta capaz de producir plutonio a unos 240 kilómetros al suroeste de Teherán.
Se trata de una instalación custodiada por altas medidas de seguridad y centrada en agua pesada -necesaria para operar un reactor nuclear que pueda producir plutonio- a la que los inspectores internacionales no han tenido acceso en los últimos dieciocho meses. El rotativo afirma que los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) no han podido visitar la zona desde agosto de 2011 y el régimen se niega a facilitar cualquier tipo de información sobre la planta.
Por otra parte, el periódico también señala los detalles del complejo Fordo, que está oculto debajo de las montañas en la ciudad de Qom y que al parecer está fuertemente protegido de un ataque aéreo. En el encuentro de Kazajistán, las potencias occidentales exigieron a la república islámica cerrar esta planta a cambio de aliviar las sanciones internacionales impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU, pero Irán rechazó la petición.
La república islámica y las cinco potencias del Consejo de Seguridad y Alemania (Grupo 5+1) acordaron ayer en Kazajistán reunirse de nuevo en pocas semanas, primero en marzo en Estambul a nivel de expertos y luego, el 5 y 6 de abril, de nuevo en Alma-Atá a escala política.
Irán insiste en que sus instalaciones nucleares tienen fines pacíficos, pero los Gobiernos occidentales temen que Teherán busque desarrollar armamento nuclear. Una bomba iraní permitiría que el régimen de Mahmoud Ahmadinejad disuadir cualquier desafío occidental y extender su influencia en Oriente Medio. Israel teme que un Irán con armas nucleares se convierta en una amenaza mortal y anime a Hezbolá a llevar a cabo más ataques.
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