Viena

Irán y las potencias acuerdan una agenda para seguir negociando

La Razón
La RazónLa Razón

Aunque no se puede hablar de avances significativos, al menos, la nueva ronda de conversaciones entre el G5+1 y Teherán concluyó ayer caon un nuevo calendario de negociaciones para una solución definitiva al contencioso nuclear iraní. La nueva cita será en Viena del 17 al 20 de marzo y se espera que también haya reuniones mensuales de expertos durante los próximos cuatro meses. El ansiado acuerdo permanente con Teherán, tras tres décadas de ruptura diplomática con Occidente, llega después de un primer pacto temporal de seis meses que se suscribió en noviembre de 2013 entre EEUU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania, e Irán .

Podría decirse que la República Islámica ha superado un prueba de confianza después de haber cumplido con los plazos y los puntos del primer acuerdo. «Queda mucho por hacer. No va a ser fácil. Pero hemos tenido un buen inicio», declaró la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, antes de detallar que durante los tres días de reuniones «muy productivas» se han identificado «todos los asuntos que tenemos que atender para lograr un acuerdo completo y final».

En la misma línea se expresó el negociador iraní, Mohamad Yavad Zarif, que aseguró que Teherán está dispuesto a negociar y dar los «pasos necesarios» para que quede claro que su programa atómico seguirá siendo exclusivamente pacífico.

El optimismo general que se ha generado al término de estas nuevas conversaciones se vio reflejado en la mayoría de las delegaciones que han participado en la ronda de negociaciones.

El objetivo final de estas conversaciones es asegurar que «Irán no obtenga un arma nuclear y que la comunidad internacional tenga la confianza de que Teherán sólo tiene un programa atómico pacífico», remarcó una fuente estadounidense.

Esta ronda de trabajo no buscaba tocar cuestiones espinosas sino crear un buen ambiente para continuar trabajando. La cuestión clave es si Irán aceptará limitaciones permanentes a su programa nuclear civil como una garantía de que sus ambiciones nucleares son pacíficas.