Israel libera 26 presos por la paz

De acuerdo a lo pactado hace pocos meses con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, Israel concretó ayer la segunda tanda del proceso de liberación de presos palestinos para garantizar el regreso a la mesa de negociaciones de la Autoridad Palestina. Los 26 presos, cuyos nombres fueron aprobados por el Gobierno en su reunión del domingo, salieron anoche de la prisión de Ofer, aledaña a Ramala. Veintiuno de ellos directamente a la Muqata en dicha ciudad, y otros cinco en autobuses que viajaron hacia el sur para trasladarlos a la franja de Gaza.

«Claro que esto no es fácil, pero el Gobierno actúa de forma responsable», dijo el ministro de Defensa, Moshe Yaalon, para responder a las críticas, recordando que esta decisión ya había sido tomada semanas atrás, antes de la primera tanda. Además, y como estaba previsto, la Suprema Corte de Justicia rechazó por la noche las apelaciones presentadas contra la excarcelación por la organización Almagor, que representa a familiares de víctimas del terrorismo. Casi todos los liberados están en la categoría «con sangre en las manos», como se la denomina en Israel, que implica haber perpetrado atentados con víctimas mortales. En su gran mayoría, los que salieron de prisión eran responsables de ataques cometidos antes de los Acuerdos de Oslo.

Y si cerca de la prisión se manifestaban familiares de víctimas, advirtiendo de que la medida no sólo deshonra la memoria de sus seres queridos, sino que también pone en peligro a la ciudadanía, en Ramala estaban de fiesta. No había multitudes en las calles, pero los familiares de los liberados se agolpaban esperándolos. Después, el presidente Mahmud Abas y su Gobierno los recibían, fortalecidos ante su pueblo y transmitiendo el mensaje de que recuperan a sus héroes sin haber dado nada a cambio, nada más que volver a negociar con Israel.

LOS EXCESOS DE LA CAMPAÑA DEL «NO»

En el marco de la campaña contra la liberación de los presos, parece valer todo. Sin autorización, sin preguntar a los familiares, personas sin identificar colocaron ayer sobre algunas lápidas del cementerio militar del Monte Hertzel, en Jerusalén, carteles en los que decía «Perdón por haber olvidado... Vuestras muertes fueron en vano». Padres de soldados caídos en combate o en atentados acusaron a los autores de haber «cruzado una 'línea roja' que debería ser sagrada».