
EEUU
Jimmy Kimmel se disculpa en su regreso: "Nunca fue mi intención restarle importancia al asesinato de un joven"
El humorista arremete contra Trump y sostiene que "silenciar a un cómico es antiamericano"
El comediante Jimmy Kimmel volvió este martes a presentar su show "Jimmy Kimmel Live!" tras la suspensión temporal de su programa por los comentarios realizados sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. Su regreso estuvo marcado por un discurso emotivo, en el que pidió disculpas a quienes se sintieron ofendidos y defendió con firmeza la libertad de expresión frente a lo que describió como intentos de censura.
El humorista comenzó su intervención agradeciendo a quienes siguieron apoyando el programa y "se preocuparon lo suficiente como para hacer algo al respecto, para que sus voces se escucharan". "Nunca lo olvidaré. Quiero agradecer a quienes no apoyan mi programa ni mis creencias, pero apoyan mi derecho a compartirlas de todos modos", agregó.
El comediante también se mostró visiblemente conmovido al aclarar que nunca fue su intención burlarse de la muerte de Kirk. “No hay nada gracioso en el asesinato de un joven”, afirmó, recordando que incluso envió condolencias a la familia del activista en redes sociales. Aunque no presentó una disculpa directa, reconoció que sus palabras pudieron sonar ofensivas o malinterpretarse. Kimmel relató además las tensas conversaciones con los directivos de ABC tras su suspensión. Admitió que no estuvo de acuerdo con la decisión de apartarlo, pero finalmente la cadena, propiedad de The Walt Disney Company, lo reincorporó.
Continuó su intervención afirmando haber escuchado mucho acerca de qué y cómo debía conducir el programa de esta noche, aunque aseguró que no espera marcar una gran diferencia con sus palabras. "Si os gusto, os gusto; si no, no os gusto. No me hago ilusiones de cambiar la opinión de nadie, pero quiero dejar algo claro, porque es importante para mí como ser humano, y es que entiendan que nunca fue mi intención restarle importancia al asesinato de un joven", indicó Kimmel mientras se emocionaba y rompía a llorar.
"Entiendo que para algunos fue inoportuno o poco claro, o tal vez ambas cosas, y para quienes creen que señalé a alguien, entiendo por qué están molestos. Si la situación fuera al revés, es muy probable que me hubiera sentido igual", agregó. El humorista quiso zanjar el tema haciendo hincapié en la importancia de cultivar un país "que permita tener un programa como este", aunque no se emitiera en todas las cadenas habituales.
El popular programa nocturno de Kimmel enfrenta un boicot parcial por parte de algunas compañías como Nexstar y Sinclair, que controlan más de 50 de estos canales en EE.UU. y se negaron a emitir el programa nocturno. De hecho algunas zonas como la capital estadounidense no pudieron ver el espectáculo de Kimmel en las televisiones, aunque sí pudo verse en algunos canales de transmisión por cable.
"Si no tenemos libertad de expresión, simplemente no tenemos un país libre. Así de simple. Si permitimos que este derecho fundamental perezca, el resto de nuestros derechos y libertades se derrumbarán, como fichas de dominó, uno a uno", alegó Kimmel, seguido del aplauso de los asistentes. Parte de su monólogo de apertura lo aprovechó para atacar a Trump por señalar a periodistas y para realizar un alegato en favor de la libertad de prensa.
El Gobierno de EE.UU. "quiere elegir qué noticias son las correctas. Sé que no es tan interesante como silenciar a un comediante, pero es fundamental tener una prensa libre, y es una locura que no le estemos prestando más atención", advirtió. Trump ha dejado muy claro "que quiere vernos a mí y a los cientos de personas que trabajamos aquí despedidos de nuestros trabajos. Nuestro líder celebra que los estadounidenses pierdan sus medios de vida porque no aguanta una broma", continuó.
Y concluyó con una alegato en favor de Erika Kirk, quien durante el acto de despedida de su marido el pasado fin de semana, perdonó a quien lo había disparado. "Lo perdonó. Es un ejemplo que debemos seguir si creen en las enseñanzas de Jesús, como yo. Ahí fue. Un acto desinteresado de gracia y perdón de una viuda afligida", sentenció Kimmel.
La reacción de Trump
El regreso del presentador provocó reacciones inmediatas. Trump criticó en su red social Truth Social a ABC por devolverle su espacio, sugiriendo incluso posibles acciones legales, como ya había hecho anteriormente contra la cadena. La controversia escaló también en el terreno regulatorio. El presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Brendan Carr, calificó las declaraciones de Kimmel como “conducta repugnante” y planteó la posibilidad de sanciones. Esto derivó en que importantes grupos de medios como Nexstar y Sinclair Broadcast Group anunciaran que seguirán boicoteando el programa en sus estaciones afiliadas.
En su defensa, Kimmel recordó la tradición de la sátira política en Estados Unidos y denunció las amenazas de censura provenientes desde el gobierno. “Un intento de silenciar a un comediante porque el presidente no soporta un chiste es profundamente antiamericano”, señaló, evocando a referentes como Lenny Bruce y George Carlin.
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