
Maniobras
La Marina estadounidense lanza cuatro misiles balísticos Trident II desde Florida en plena tensión con Venezuela
El operativo militar estadounidense en el Caribe incluye destructores, cazas F-35B y un submarino nuclear

La Marina de Estados Unidos confirmó este martes la realización de cuatro lanzamientos de prueba de misiles balísticos intercontinentales Trident II D5 desde la costa este de Florida. Los ensayos, efectuados entre el 17 y el 21 de septiembre desde un submarino de la clase Ohio, coincidieron con el despliegue militar que Washington mantiene en el Caribe, lo que ha elevado la tensión con Venezuela.
Aunque los mandos militares estadounidenses insistieron en que las pruebas “no se llevaron a cabo en respuesta a ningún acontecimiento internacional”, el comunicado oficial incluyó un detalle llamativo: uno de los disparos, el del domingo, fue visible desde Puerto Rico, a unos 700 kilómetros de las costas venezolanas. Un dato que, para analistas, envía un mensaje implícito en el marco de la disputa con Caracas.
Videos compartidos en redes sociales mostraron un objeto luminoso atravesando el cielo nocturno sobre la isla, lo que alimentó las especulaciones. Algunas fuentes apuntaron incluso a que el proyectil transportaba una “carga útil inusual” o un vehículo de planeo hipersónico, aunque ni la Marina de Estados Unidos ni la Real Marina Británica —los únicos operadores del Trident II— confirmaron públicamente esa información. Entre el 17 y el 22 de septiembre se había emitido una alerta de navegación para la zona, lo que coincide con la ventana temporal de los lanzamientos.
El Trident II D5, fabricado por Lockheed Martin, es considerado la columna vertebral de la disuasión nuclear marítima de Estados Unidos y Reino Unido. Cada misil mide 13,4 metros de largo, 2,1 metros de diámetro y pesa cerca de 58.500 kilos. Con un alcance de 7.360 a 12.000 kilómetros, puede transportar hasta 12 ojivas nucleares con capacidad de ser dirigidas a diferentes objetivos, aunque los tratados de control de armas limitan actualmente esa cifra a cuatro o cinco. Su costo estimado ronda los 30,9 millones de dólares por unidad.
El sistema está desplegado en 14 submarinos de la clase Ohio de la Armada estadounidense —cada uno con capacidad para portar 20 misiles— y en cuatro submarinos de la clase Vanguard del Reino Unido, en virtud del Acuerdo Polaris de 1963.
El contexto regional, sin embargo, otorga otra lectura a estas maniobras. Desde agosto, Washington ha desplegado en el Caribe al menos ocho buques de guerra, incluidos destructores, navíos anfibios y un submarino de propulsión nuclear, además de cazas F-35B basados en Puerto Rico. Según el Pentágono, el operativo busca frenar el narcotráfico procedente de Venezuela y ya ha destruido cuatro narcolanchas.
Expertos en seguridad, no obstante, consideran “desproporcionado” un despliegue de esta magnitud frente a una ruta secundaria del narcotráfico. Para el Gobierno de Nicolás Maduro, se trata de un acto de presión política destinado a forzar su salida del poder.
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