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Korchagin: «La reunificación con Crimea está por encima del coste de la crisis»

Entrevista al Embajador de la Federación Rusa en España

Korchagin: «La reunificación con Crimea está por encima del coste de la crisis»
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La crisis de Crimea ha abierto la mayor crisis entre Rusia y Occidente desde el desplome de la Unión Soviética. El embajador de la Federación Rusa en España, Yuri P. Korchagin, nos recibe una semana después del referéndum considerado ilegal por la comunidad internacional y advierte de que su país no dará marcha atrás en este proceso.

–¿Qué representa Crimea para el ideario ruso?

–Es una tierra santa para Rusia; en el transcurso de los siglos Crimea ha pertenecido a Rusia. Fue escenario de una guerra cruenta en el siglo XIX donde fallecieron muchos héroes del imperio ruso, la llamada Guerra de Crimea. Era el campo de batalla en la II Guerra Mundial. Es un lugar para la gloria militar, del heroísmo del pueblo ruso. Por esto es tan emotivo este proceso.

–Esta semana se ha vivido un aumento de la tensión militar y se han producido las primeras víctimas mortales. ¿Puede estallar un conflicto armado?

–Pienso que en estos momentos hay una «desescalada» del conflicto. En relación con las dos víctimas mortales, un oficial ucraniano y uno de las autodefensas, se detuvo a un francotirador con el mismo modus operandi del Maidan... En todo caso, Rusia y Ucrania son pueblos hermanos, nosotros estamos en contra de cualquier acto de violencia.

–¿La anexión de Crimea supone un cambio en la política exterior del Kremlin, la recuperación del área de influencia y la defensa de los intereses nacionales?

–Primero, no estoy de acuerdo con la utilización del término anexión. Es la manifestación de la voluntad legítima de un pueblo que votó en un referéndum libre su autodeterminación. De acuerdo a esa consulta, declararon la independencia y tomaron la decisión de formar parte de la Federación Rusa. Segundo, la protección de los derechos de los ciudadanos rusos es un principio básico de la política exterior rusa y del concepto de seguridad nacional. No hay ningún cambio.

–¿Puede considerarse legítimo un referéndum con un despliegue de tropas?

–Todo el mundo vio que era libre y hubo 120 observadores de más de 25 países que pudieron seguir el referéndum. Las tropas rusas que sí están en Crimea están en los cuarteles, como está previsto en el tratado de la Flota rusa en Sebastopol.

–Sí, pero se contabilizaron hasta 22.000 soldados adicionales en la península...

–No es verdad. De acuerdo con el tratado la cantidad de militares desplegados en Crimea no podía superar los 25.000 y ni siquiera alcanzamos este tope.

–La minoría tártara, que supone el 12% de la población, sí ha expresado sus quejas de que sus votos en contra no fueron contados.

–En un espacio democrático, algunos estaban a favor y otros en contra, pero la cifra de los que participaron en el referéndum muestra el entusiasmo.

–¿Rusia dejaría que otras regiones suyas como Chechenia hicieran lo mismo?

–Chechenia no tiene ahora tensiones separatistas.

–¿No les preocupa que el plebiscito violase el orden constitucional ucraniano y el derecho internacional?

–La Ley Fundamental de Ucrania fue violada hace un mes cuando se efectuó un golpe de Estado, cuando el presidente democráticamente elegido cayó y la oposición controlada en parte por radicales tomó el poder. Me sorprende que nadie critique el golpe.

–Porque Rusia califica de golpe de Estado lo que Occidente ve como un movimiento popular, democrático y legítimo...

–Occidente aprueba los golpes cuando le conviene. Lo que ocurrió en el Maidan fue una toma violenta del poder. Hubo una matanza de cien personas. Desde Rusia exigimos una investigación sobre quiénes fueron los francotiradores que abrieron fuego indiscriminado contra las fuerzas del orden y los manifestantes.

–¿Interpreta el Kremlin las manifestaciones democráticas como una amenaza para su superviviencia? ¿Temen una «Primavera Eslava»?

–El fin de semana pasado en Moscú hubo una manifestación de la oposición a favor de la paz y estuvo autorizada. A lo que ha ocurrido en Crimea, esa reunificación entre Crimea y Rusia, algunos políticos de mi país le llaman «Primavera Rusa». La popularidad de nuestro presidente está más alta que nunca, en el 76%. Rusia es un país democrático. Es una democracia joven, lo reconocemos, y sabemos que tiene mucho por perfeccionar.

–La detención del líder opositor Alexei Navalni en Moscú no contribuye a la democracia...

–Pudo participar en las elecciones, pero ahora está en arresto domiciliario por asuntos que se están investigando. En Europa la Policía también actúa contra los manifestantes y no se considera antidemocrático.

–¿Entienden la preocupación de Europa y España en concreto por las declaraciones unilaterales de independencia?

–Crimea no se va, regresa a su familia. Crimea vivió toda su historia en Rusia. En el año 1954, Nikita Jruschov, en un acto arbitrario y no constitucional, la cedió. No entendemos que exista una relación entre lo que ocurre en Crimea y las preocupaciones que usted menciona.

–Después de Crimea, ¿tiene apetito el Kremlin por otras zonas de Ucrania con población rusa como el este?

–Ucrania está atravesando una crisis profunda, con un Gobierno que no controla el país. Hay una inseguridad insoportable. Hay que estar alerta, pero no sólo Rusia. Aun así, el presidente Putin lo dejó claro. No se quiere intervenir. Nosotros apostamos por una Ucrania como Estado vecino, hermano y unido.

–¿La intervención de Georgia en 2008 ha sido un precedente para Crimea?

–Fue un caso totalmente distinto. Hicimos una acción militar de contención en respuesta a una agresión, porque mataron a los soldados rusos en una misión de pacificación.

–¿Es la Unión Euroasiática una versión «light» del imperio soviético?

–Imagínese cómo debe sentirse un ruso al escuchar este tipo de preguntas. Cuando todo el mundo habla de integración. La Unión Europea no sólo quiere integrarse, quiere ampliar su espacio a otras partes. Lo vemos bien. Pero cuando Rusia formula un proyecto integrador entre Kazajistán y Bielorrusia con la Unión Aduanera y después la Unión Euroasiática, el resto del mundo empieza a aullar. ¡Eso es el resurgimiento del imperio! ¿Por qué no tenemos derecho a hacerlo? Nuestro país tiene mil años de historia. Primero fue el Imperio Ruso, luego la Unión Soviética y ahora la Federación. Qué lazos debemos mantener con pueblos con los que tenemos más de 350 años de historia conjunta.

–¿Rusia ve la firma del acuerdo de Asociación Oriental de la UE con Ucrania como una provocación?

–No. Rusia tiene una orientación europeísta. Putin ha insistido en que la suerte de Rusia está con Europa. Ha defendido la creación de un espacio de libre comercio desde Lisboa a Vladivostok. No negamos a ningún país ser miembro de la UE. No estamos en contra de la firma del acuerdo con Ucrania.

–¿Y la ampliación de la OTAN al este?

–La política de bloques sigue vigente porque existe una parte, la OTAN. La otra, el llamado Pacto de Varsovia, se disolvió. Desde Rusia no hay bloques. Sin embargo, por parte de Occidente las promesas que los dirigentes de entonces hicieron a Gorbachov se han incumplido. La OTAN paso a paso se ha ido acercando a nuestras fronteras. Desde Rusia se ve este proceso con preocupación.

–¿Ha valorado Rusia el coste de la crisis de Crimea?

–Desde Rusia se han estudiando los costes de la crisis de Crimea, pero estamos siendo testigos de un hecho histórico: la reunificación de Crimea con Rusia. Este hecho está por encima del coste de la crisis.

–Temen los efectos de la guerra de sanciones con EE UU y la UE?

–Nosotros no somos partidarios de las sanciones como método para obligar a un país soberano a actuar de un modo determinado. Es una vía equivocada. Nosotros hemos respondido también con el veto a una lista de personalidades. Pero hay que tener en cuenta que la dependencia es mutua. Por eso consideramos que las presiones económicas no ayudarán a resolver la crisis, debe ser por la vía del diálogo. Nosotros estamos también estudiando la creación de un Grupo de Apoyo a Ucrania en el que nos gustaría trabajar con EE UU y Europa para dar una salida al conflicto.

–¿Les preocupa el fin del deshielo con Washington y la pérdida de prestigio internacional?

–Rusia ha vivido tantos momentos dramáticos en su historia que no teme a nada ni a nadie. Somos contrarios a las sanciones porque creemos que frenan el diálogo y aíslan. Tampoco nos parece adecuado que se prescinda de un país tan importante como Rusia en el G-8. No creo que esas acciones sean buenas para nadie.