RDC

Un intento de golpe de Estado en República Democrática del Congo pone el foco de la sospecha sobre Estados Unidos

Un grupo de hombres armados y uniformados asaltaron el Palacio de la Nación en la madrugada del domingo, liderados por el opositor Christian Malanga

La incertidumbre y los tiroteos ocuparon esta madrugada en Kinshasa, capital de República Democrática del Congo. Hombres uniformados asaltaron en torno a las 4:30 de la madrugada el Palacio de la Nación y la residencia del viceprimer ministro y ministro de Economía, Vital Kamerhe, provocando escenas de tensión que obligaron a las autoridades congoleñas a desplegar tropas en puntos estratégicos de la capital. Los asaltantes, dirigidos por el líder opositor en el exilio, Christian Malanga, llevaban cosidos en el uniforme parches con la bandera de Zaire (nombre de la República Democrática del Congo entre 1971 y 1997), aunque ya habrían sido neutralizados o arrestados, y la situación controlada, según ha comunicado el portavoz del Ejército esta mañana.

Los asaltantes difundieron una serie de vídeos en directo, una vez dentro del Palacio de la Nación, donde desplegaron una bandera de Zaire y donde su líder, Malanga, exhortó a la población congoleña a unirse a los golpistas para derrocar al gobierno de Félix Tshisekedi y marcar una nueva hoja de ruta para la que se considera una de las naciones más castigadas del continente africano. En su discurso animaba a crear “un nuevo Zaire”. Tras la sorpresa inicial, las autoridades congoleñas se enfrentaron a los golpistas en un breve tiroteo que concluyó con dos policías muertos junto con uno de los atacantes, y con la detención de los golpistas supervivientes. Medios locales afirman que varios de los compañeros de Malanga procuraron cruzar a nado a la vecina República del Congo, a Brazzaville, arrojándose al río Congo, pero también fueron atrapados. El propio Christian Malanga ha sido reportado muerto durante los enfrentamientos.

Entre los arrestados se encuentra el hijo del líder golpista, Marcel Malanga, un joven de 22 años criado en Estados Unidos y que ahora se expone a la pena capital junto con al menos un ciudadano estadounidense (se han encontrado varios pasaportes estadounidenses y canadienses en posesión de los detenidos), también joven y sin vínculos conocidos con ninguna organización armada, de nombre Benjamin Zalman-Polum. Medios congoleños informan, aunque no ha sido confirmado todavía, que Zalman-Polum sería un empresario del mundo del cannabis y amigo personal de Marcel Malanga. En las imágenes hechas públicas tras su captura puede verse al estadounidense con el rostro ensangrentado y con un gesto visiblemente asustado por la situación en la que se encuentra.

La Embajada de Estados Unidos en RDC ha emitido un comunicado donde expresa “preocupación por las informaciones sobre ciudadanos americanos presuntamente implicados en los hechos ocurridos esta mañana en el municipio de Gombe. Estados Unidos cooperará con las autoridades de República Democrática del Congo mientras investigan estos actos criminales”.

Se desconoce por el momento si los atacantes tenían apoyo exterior. Félix Tshisekedi ganó las elecciones presidenciales en diciembre de 2023 y se aseguró así un segundo mandato dentro de un clima altamente inestable en el país, especialmente en las provincias orientales de Ituri, Kivu Norte y Kivu Sur. Varios miembros de la oposición señalaron irregularidades tras el proceso electoral y amenazaron con rechazar la victoria de Tshisekedi, pero el clima político en RDC parecía haberse relajado en los meses posteriores a la investidura del presidente, cuya creciente amistad con China y Rusia en detrimento de Europa es un secreto a voces que lleva al menos dos años marcando el camino de su agenda exterior.

Christian Malanga, por otro lado, ya hizo su primera aparición política durante el gobierno de Joseph Kabila (2001-2019), contra el que mostró una firme posición sin abandonar su condición de “exiliado” y residiendo en Estados Unidos a la que entablaba una estrecha relación con el bloque Occidental. En 2017 fue recibido en el Vaticano junto con monseñor Mandio Akuma, representante de RDC en las Santa Sede, y condecorado con la cruz de la orden de San Pedro y San Pablo. Además, aseguró en múltiples entrevistas tras las elecciones de 2011 que estaba seguro de que Occidente le apoyaría en caso de hacerse con el poder en República Democrática del Congo. En 2017 proclamó también en Bruselas un “gobierno en el exilio” donde él sería el presidente de un país (ficticio) que llamó “Nuevo Zaire”.

Pese a su confianza en el futuro, su figura se había visto debilitada en los últimos años con la aparición de nuevos actores políticos en el territorio nacional. Su regreso al foco mediático podría definirse como breve. El llamamiento que hizo a los congoleños en la noche del 18 al 19 de mayo fue acogido con indiferencia por una población que ya combate contra demasiados obstáculos como para arriesgar la vida por un hombre que hacía lustros que no pisaba RDC y que irrumpió en las instituciones del Gobierno, armado y mostrando la bandera oficial de la dictadura de Mobutu, como llegado de otro tiempo.