Brasil
La corrupción pone en jaque al Gobierno de Brasil
El Supremo decide investigar a ocho ministros y a más de cien políticos, y sitúa en la lista de sospechosos a cinco ex presidentes
El Supremo decide investigar a ocho ministros y a más de cien políticos, y sitúa en la lista de sospechosos a cinco ex presidentes
La Corte Suprema de Brasil ha abierto investigaciones por corrupción contra ocho ministros del Gobierno de centroderecha de Michel Temer, después de que el magistrado Luiz Edson Fachin, instructor del «caso Petrobras» en el Supremo, aceptara más de 70 peticiones de investigación sobre políticos implicados y rompiera parcialmente el secreto judicial al airear el contenido de una «lista negra» elaborada por el fiscal de la República, Rodrigo Janot.
El Supremo también ha ordenado la apertura de investigaciones sobre decenas de legisladores y gobernadores de tres estados en un nuevo capítulo de la gran corrupción que sacude al país y que podría acabar paralizando las instituciones. El testimonio de ejecutivos y ex directivos de la constructora brasileña Odebrecht –epicentro de la trama corrupta– suministró suficientes evidencias para que el magistrado Fachin diera luz verde para investigar a por lo menos 108 políticos de 14 partidos políticos. Mientras, los brasileños asisten con una mezcla de dolor y anestesia a este desfile de políticos corruptos.
Entre los ministros que serán investigados figuran los de Presidencia, Ciencia y Tecnología, Relaciones Exteriores e Industria. El informe detalla que entre los congresistas investigados figuran el actual presidente de la Cámara de Diputados, así como el presidente del Senado, Eunício Oliveira. Los tres gobernadores regionales afectados son los de Río Grande do Norte, Acre y Alagoas.
Los senadores Aécio Neves, presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y el segundo candidato más votado en las elecciones presidenciales de 2014, y Romero Jucá, presidente del PMDB, son los políticos con mayor número de investigaciones para abrir, cinco cada uno.
El magistrado Edson Facchin afirma en su fallo que el presidente Michel Temer cuenta actualmente con inmunidad temporal que lo protege de cualquier proceso legal. A pesar de que el escándalo salpica a ocho ministros y a catorce partidos, en su mayoría de la base oficialista, Temer se mostró ayer relajado e intentó transmitir tranquilidad en medio de la tempestad que se abate sobre toda la clase política nacional. Hace unas semanas, ante la inminencia de esa decisión judicial, Temer anunció que no pretende destituir a ninguno de sus ministros por el hecho de ser investigado, aunque sí llegaría a ese extremo si las acusaciones fueran aceptadas por los tribunales, con lo cual no se espera un impacto inmediato en el Gobierno.
En la lista de sospechosos también aparecen los cinco ex presidentes José Sarney, Fernando Collor de Mello, Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, aunque no están entre los que el Supremo investigará de momento. Esta misma semana, el empresario brasileño Marcelo Odebrecht confirmaba al juez Sergio Moro –titular de la causa que investiga este escándalo de corrupción conocido como «Lava Jato»– que Lula figuraba en las planillas que registraban los sobornos de la constructora brasileña con el nombre en código de «amigo». Además, declaró ante la Justicia haber pagado 13 millones de reales (unos 4,15 millones de dólares) en efectivo al ex mandatario entre 2012 y 2013, informaron medios locales.
El empresario explicó que hizo desembolsos al Instituto Lula, que dirige el ex presidente, para la compra de un terreno en el que debía construirse un edificio en el que la entidad tendría su sede. No es la primera vez que Odebrecht acusa formalmente al ex mandatario, aunque se trata de la primera declaración del ejecutivo ante la Justicia tras haber llegado a un acuerdo para delatar la trama. Si bien su testimonio está bajo secreto, pronto fue filtrado a los medios de comunicación.
Odebrecht aseguró que también entregó 50 millones de reales (cerca de 16 millones de dólares) para la campaña electoral en 2010 de Dilma Rousseff, ahijada política de Lula y sucesora suya en el cargo (2011-mayo de 2016), mediante el entonces ministro de Hacienda.
El grupo implicado en el escándalo de corrupción en Petrobras habría causado daños por valor de 5.684 millones de reales (unos 1.810 millones de dólares) en 11 contratos inflados firmados con la estatal entre 2003 y 2014. Odebrecht, la mayor constructora de Brasil, formó parte de un «cartel» con otras 15 importantes constructoras del país para hacerse con las licitaciones de Petrobras manera fraudulenta, según ha descubierto la investigación.
El profesor de la Universidad Federal de São Carlos Antonio Marco Villa se mostró escéptico ante la posibilidad de que este nuevo capítulo pueda acabar con el Gobierno de Temer: «El proceso de investigación será relativamente largo, así que cuando esté concluido, el Gobierno de Michel Temer ya habrá acabado su mandato».
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