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La costosa vida de los periodistas en América Latina

Encarcelamiento, crímenes o campañas de descrédito, el periodismo sale caro en el continente americano.

Encarcelamiento, crímenes o campañas de descrédito, el periodismo sale caro en el continente americano.

El periodismo es una profesión que, desde siempre, ha recibido numerosos ataques en todo el mundo. Críticas, insultos e incluso odio son algunas de las situaciones que un profesional de la información tiene que soportar a diario en la actualidad. Estas tres anteriores son muy frecuentes sobre todo en España, pero también en el extranjero. Sin embargo, hay peores situaciones que tiene que vivir un periodista, por ejemplo, en América Latina.

En América Central y América del Sur se viven casos que hacen del periodismo una profesión de riesgo. Encarcelamientos, hostigamiento judicial, campañas de descrédito, crímenes perpetrados por gobiernos autoritarios y bandas del crimen organizado... Razones que hacen peligrar la vida de los periodistas del continente, que denuncian y advierten de estos peligros.

En 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas condenaba todos los ataques y la violencia contra los periodistas y los trabajadores de los medios de comunicación, mediante un resolución en la que insistía prevenir la violencia contra los profesionales de la prensa, investigar la violencia contra ellos y llevar a los responsables ante la justicia. En la misma resolución, invitaba a los organismos pertinentes del sistema de las Naciones Unidas a que consideren la posibilidad de designar centros de coordinación para el intercambio de información sobre la seguridad de los periodistas y la cuestión de la impunidad.

Desde entonces, se celebra cada 2 de noviembre el Día internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas. A día de hoy, países donde el periodismo está aparentemente sin problemas como Uruguay hasta países donde el peligro es más que evidente como Venezuela se mantienen alerta por los riesgos de la profesión. Entre los pasados 2 y 3 de noviembre, se celebró en Buenos Aires el XIII Congreso Internacional de Periodismo, a cargo de FOPEA (Foro de Periodismo Argentino).

Sofía Nunes, periodista venezolana de Urgente 24, aseguró que en su país, aunque suene exagerado, se vive periodismo de guerra: "El panorama en Venezuela es devastador. Desde el inicio del gobierno chavista ha venido creciendo la persecución al periodismo e incluso la autocensura". La periodista señala que, incluso, los profesionales de la información optan por el exilio: "El Gobierno ha instaurado el miedo y, si no ha ganado la batalla completa, ha ganado bastante territorio. Hay muchos periodistas en el exilio". Un claro ejemplo de la precariedad que vive el periodismo allí.

En Ecuador, los hostigamientos a la prensa estuvieron muy presentes durante el mandato de Rafael Correa, donde los medios de comunicación se veían ahogados económicamente con ampliaciones de multas. Además, en la actualidad ecuatoriana se ven en una lucha contra el narcotráfico, que costó la muerte de tres periodista del diario ecuatoriano El Comercio. "Perdimos a tres. Y eso nos ha empujado también a tratar de hacer nuestra profesión con mayor cuidado y de estar preparados para lo que se nos viene, que va a ser enfrentamientos de bandas", asegura Mónica Almeida, creadora de la unidad de investigación del periódico El Universo (Quito).

Nueve de cada diez asesinatos de periodistas no se consideran delito

Según datos de la UNESCO, desde 2007 han sido asesinados 930 periodistas por cumplir con su tarea de informar al público. El 90% de los asesinatos quedan impunes. En estas cifras, no se incluyen otros crímenes contra los periodistas como los secuestros y desapariciones, la tortura, el acoso, las detenciones arbitrarias o la intimidación. México fue el segundo país más mortífero para los periodistas en el pasado año, dándose once casos de muertes. La gran parte de los periodistas mexicanos son amenazados y presionados. De hecho, ya hubo una manifestación en México en mayo del pasado 2017 donde los profesionales denunciaban la impunidad, la corrupción y el crimen organizado. Respecto a Nicaragua, Octavio Alfonso Enríquez Cabistán, periodista a cargo de investigaciones en el diario La Prensa del país nicaragüense, describió la situación de represión gubernamental que se vive en su país y cómo esto afecta al periodismo: "El contexto es muy difícil para la ciudadanía en general. Se han recibido reportes de agresiones contra periodistas y se han quemado medios de comunicación".

Por otro lado, el periodista uruguayo Fabián Werner sostuvo que en Latinoamérica, en aquellos países donde no es el Estado el responsable de las agresiones a periodistas, los gobiernos tienen un desinterés por perseguir los delitos contra los periodistas y los medios: "Lo que muestra esto es una especie de estrategia de descrédito permanente hacia los medios de comunicación. La consecuencia es una crisis de credibilidad de la prensa". El periodista uruguayo anunció que organizaciones de periodistas de Uruguay, Argentina, Venezuela, Perú, Honduras, Bolivia y Ecuador se unirán en el proyecto Voces del Sur, para hacer un seguimiento conjunto de amenazas a la libertad de expresión en la región y elaborar un informe anual.

Datos, situaciones y justificaciones por lo que América Central y del Sur componen, si no la que más, una de las regiones más peligrosas para desempeñar el mundo de la información. Ya se trabaja para reducir estas represiones a los periodistas, aunque todavía queda mucho por hacer. Es cuestión de confiar en que el periodismo latinoamericano se proteja mucho más de lo que está protegido en la actualidad, y que de este modo, ser periodista en Latinoamérica no salga tan caro.