La cúpula militar sostiene a Maduro

Estados Unidos desoye el ultimátum del régimen chavista y reitera su protección al presidente del Parlamento, Juan Guaidó, que permanece en paradero desconocido para evitar su detención por el Sebin.

Venezuela amaneció con dos Presidentes de la República. Por un lado, Nicolás Maduro sentado en el palacio de Gobierno de Caracas desde donde ejerce el control territorial. Por el otro, el presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Juan Guaidó quien asumió como «presidente interino» el Poder Ejecutivo para «cesar la usurpación». El primero está respaldado por los cuarteles. Este jueves, el Alto Mando Militar mostró su respaldo al gobernante «bolivariano» y le reconoció como único mandatario legítimo. En voz del ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, hubo respuesta a la decisión de Guaidó. «Vimos un evento reprochable, un señor levantando la mano autoproclamándose presidente de Venezuela». Indicó que sectores de «ultraderecha» quieren fragmentar la institucionalidad del país y denunció intereses foráneos que soportan «groseros actos de injerencia». Padrino cerró su intervención televisada con un sonoro «¡Chávez vive!», acompañado por todos los comandantes de los distintos componentes que conforman la Fuerza Armada Nacional. Previamente, se emitieron declaraciones grabadas de todos los generales de las grandes regiones mostrando también su apoyo a Maduro.

El diputado Julio Borges, expresidente del Parlamento y exiliado, dijo que «ese pronunciamiento querían hacerlo ayer y no pudieron por el descontento interno. Un 90% de los que están ahí lo hacen obligados y varios ya nos han contactado».

«No hay señales por ahora de que las de la Fuerza Armada abandone a Maduro». Sin embargo llama la atención que los miembros del alto mando y unidades con poder de fuego se pronunciarán tarde, sin estar en sintonía», puntualizó la abogada Rocío San Miguel, directora del Observatorio Venezolano de Seguridad y Defensa, que hace seguimiento al sector militar. A su juicio, en los cuarteles se viven enormes presiones, de ahí que el mensaje del ministro incluyera frases como «estamos aquí para evitar un enfrentamiento entre venezolanos» o «agradecemos la voluntad de los gobiernos que están propiciando una salida constitucional».

Sin embargo, la curiosidad se vio en la denuncia de Padrino acerca de que en Venezuela se está desarrollando un golpe de Estado. Lo dijo un día después de que Guaidó asumiera el cargo de presidente, con respaldo de unas 15 naciones, y no anunció cómo los militares del país actuarían en consecuencia. «Se plegarán a la opción más real de poder, de manera pragmática», considera San Miguel.

Guaidó apenas había asumido el cargo como presidente de Venezuela cuando empezaron a correr rumores de que se había refugiado en la embajada de Colombia, o la de Estados Unidos, evitando ser detenido. Después de todo, el Tribunal Supremo de Justicia, que está controlado por magistrados de tendencia chavista, reiteró ayer su lealtad al líder bolivariano y determinó que en sus actuaciones del miércoles había delitos. Pero era un bulo ya que Juan Guaidó estaba resguardado en un sitio que no fue informado a la prensa.

Más allá de la presencia en las redes sociales, donde agradecía el apoyo de varios países y condenó la represión violenta contra las protestas populares y otros mensajes, Guaidó no fue visto en público. Tampoco hubo convocatorias abiertas ni a movilizaciones a favor de su investidura. Fuentes extraoficiales informaron a Univisión que supuestamente la orden de captura contra el opositor ya había sido dictada. Y otros afirmaron que en el Sebin, la policía política del régimen chavista, en primera instancia, hubo resistencia a ejecutar la orden. Nada de esto ha sido confirmado por las autoridades del Ministerio Público. El fiscal general Tarek William Saab, designado por la chavista Asamblea Constituyente –en sustitución de la fugada Luisa Ortega Díaz–, tenía previsto hablar al final de la tarde, hora local de Caracas, con el objetivo de respaldar la legitimidad de Maduro.

Consecuencias económicas

Estado Unidos es el principal cliente de la industria petrolera venezolana, y el único que paga la factura con dinero en efectivo. Rusia y China reciben crudo para pagar la deuda externa, y los países del Caribe lo pagan a crédito en cómodas cuotas. Además, el país norteamericano vende a Venezuela diluyentes y componentes que la estatal Petróleos de Venezuela necesita para refinar los crudos extrapesados que extrae de la rica Faja del Orinoco y poder venderlos a los mercados internacionales. En definitiva, es un factor determinante en la exportación de unos 350.000 barriles diarios, un tercio de la disminuida producción actual del país sudamericano.

Pero Maduro anunció una ruptura de relaciones con Washington, una decisión que la Casa Blanca desestimó al considerar que, simplemente, Maduro ya no gobierna. Tampoco asumieron el ultimátum de 72 horas para que su personal diplomático abandonasé el país.

El economista Francisco Rodríguez, de la firma Torino Economics con sede en Nueva York, explicó que el reconocimiento de Trump a Guaidó hace que el Gobierno de Maduro pierda la posesión sobre los activos que tiene el país en EE UU y también que el pago por el petróleo que se le hubiera podido exportar no será cobrado por Pdvsa, sino por quien designe el líder opositor. Además, el Banco Interamericano de Desarrollo también admitió la autoridad de Guaidó, según expresó su presidente Luis Alberto Moreno.

Venezuela mantiene un impago de deuda por 88,3 millones de dólares con ese organismo. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró que se guiará por la «comunidad internacional» a la hora de reconocer oficialmente quién maneja el gobierno de Venezuela.

El banco de inversión Barclays Capital divulgó un estudio que sostiene que en una eventual transición, se abre la oportunidad para una rápida recuperación de la producción petrolera de entre 300.000 y 400.000 barriles diarios. «El reconocimiento de un gobierno alternativo al de Nicolás Maduro, podría permitir a la comunidad internacional congelar y desviar activos e ingresos, incluidos los ingresos de las exportaciones de petróleo, cuyo efecto podría ser incluso más grande que un embargo».

Maduro reiteró ayer que los diplomáticos venezolanos en Estados Unidos deben abandonar ese país y ordenó cerrar la embajada y los consulados, al tiempo que reiteró que los estadounidenses deben irse de Venezuela, a más tardar este domingo.