Miami
La inmigración y Cuba desvelan las heridas republicanas
El nuevo aperturismo de Estados Unidos hacia Cuba y las acciones ejecutivas en materia migratoria del presidente Barack Obama desvelaron hoy las heridas internas del Partido Republicano, que por primera vez en la historia respondió de manera diferente a los ciudadanos hispanoparlantes y a los de habla inglesa.
Obama enfatizó en su discurso del Estado de la Unión ante el Congreso la necesidad de dar un giro de 180 grados a la postura estadounidense respecto a la isla y acabar con el claro fracaso de los más de cincuenta años de embargo, un hito histórico que le garantiza una rúbrica sin precedentes en su legado.
Así, mientras el recién estrenado acercamiento con La Habana ocupó uno de los lugares estelares en la intervención del presidente, la respuesta republicana en inglés, a cargo de la senadora Joni Ernst, ni siquiera tocó el tema.
Ernst, una de las legisladoras más radicales en materia migratoria, tampoco hizo alusión a las acciones ejecutivas que Obama ha llevado a cabo a este respecto, más allá de insistir en que los republicanos tratarán de acabar con esas "extralimitaciones"de poder que, a su juicio, está haciendo el mandatario.
Sin embargo, en su discurso en español, el recién elegido representante por Florida Carlos Curbelo sí se refirió, aunque levemente, a las negociaciones con Cuba, al tiempo que mostró una cara más amable para pactar con la Administración una reforma migratoria integral.
"Nos inquietan las inmerecidas concesiones de la Administración del presidente para los regímenes de Irán y Cuba. Ambos países son regidos por crueles dictaduras que por décadas han intentado perjudicar a nuestro país y a nuestros aliados", aseveró Curbelo.
Y es que, aunque Ernst no aludió al asunto, en las gradas se libró una suerte de "guerra silenciosa"con la presencia de varios disidentes cubanos a invitación de prominentes rostros conservadores, como John Boehner, Marco Rubio o Ileana Ros-Lehtinen.
El embargo a Cuba ha sido una causa tradicionalmente defendida por el Partido Republicano de manera consensuada y con una férrea oposición a la reanudación de relaciones diplomáticas, como explica a Efe Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida.
"Hasta hace poco esa postura de 'intransigencia' (como la definen sus propios adeptos) le ganó a los republicanos el respaldo de la mayoría de los electores cubanoamericanos en Florida", añade Duany, quien por otra parte observa cómo "la malograda propuesta"para reformar el sistema de inmigración "ha escindido"al partido.
"La causa de promover los derechos civiles en Cuba parece menos arriesgada políticamente para los republicanos que aprobar una reforma integral de las leyes migratorias en Estados Unidos", subraya.
El experto en comunicación política y exasesor del líder de la minoría demócrata del Senado Harry Reid, José Dante Parra, asegura en conversación con Efe que "lo único que el Partido Republicano le ha ofrecido a la comunidad hispana en el tema de inmigración ha sido media docena de votos para deportar"a los jóvenes indocumentados forzados por el Tea Party.
"Por eso el tema de Cuba lo quieren convertir en cortina de humo, pero no va a ser fácil borrar esa narrativa antiinmigrante simplemente virando hacia un tema que la mayoría de los latinos fuera la comunidad cubana en Miami no tienen como principal preocupación", aseveró.
En inmigración, los conservadores viven una fuerte discusión interna, al contar en sus filas con rostros como el del representante por Iowa Steve King, quien esta misma noche criticó a la primera dama, Michelle Obama, por hacerse acompañar durante el discurso por una invitada "deportable".
"Este es un debate que hay que tener, y personas como King sólo dificultan la discusión. Es un tema que no debería ser partidista", aseguró a Efe José Mallea, director de estrategia del grupo conservador Iniciativa LIBRE.
Y es que la división interna de los conservadores no sólo se cristalizó con dos discursos oficiales de diferente contenido, sino que hubo un tercero: el del Tea Party.
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