Buenos Aires
La Justicia argentina acorrala al número dos de Cristina Kirchner
Un fiscal argentino solicitó hoy a la Justicia que cite a declarar al vicepresidente de su país, Amado Boudou, al que responsabiliza de presuntas "negociaciones incompatibles"con la función pública en un caso de corrupción
Se estrecha el cerco sobre el vicepresidente argentino, Amado Boudou. Ayer la Fiscalía solicitó al juez que Boudou declare como acusado en la llamada causa Ciccone por supuestas «negociaciones incompatibles» con la función pública. Se trata del paso previo antes de que sea procesado por tráfico de influencias. La causa judicial contra el vicepresidente lo ha colocado bajo un intenso escrutinio público debido al supuesto trato de favor que dio a una empresa que imprimía papel moneda. Boudou es sospechoso de haber intercedido para que la imprenta Ciccone Calcográfica –que había quebrado– fuera condonada por el fisco y quedase en manos de un empresario acusado de ser su testaferro.
El fiscal también pidió la declaración del jefe de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray. Ahora, el juez que lleva la causa, Ariel Lijo, tendrá que decidir si acepta la solicitud, en su totalidad o en parte, aunque también podría no pronunciarse sobre la misma. Los niveles de popularidad de Boudou han caído vertiginosamente en los últimos años por los escándalos de supuesta corrupción y tratos de favor. El número dos de Cristina Fernández, ex ministro de Economía y conocido por su meteórico ascenso en política, apenas participa ya en actos públicos y es uno de los objetivos preferidos de los críticos del Gobierno.
Boudou, una especie de «progre peronista», es todo un hedonista, que acostumbra a conducir su moto Harley, en compañía, por el lujoso barrio de Puerto Madero, ataviado con su chupa negra y la guitarra a cuestas.
Otras figuras del Ejecutivo, como el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, o el ministro de Economía, Axel Kicillof, parecen haber asumido la agenda de la Administración Kirchner, y son quienes acompañan a menudo a la mandataria en sus grandes anuncios.
¿Podrá el escándalo que envuelve a Boudou generar una crisis de gran magnitud? El Gobierno tiene suficiente poder en el Congreso como para frenar cualquier intento de juicio político. De hecho, el juez que llevaba la causa fue apartado. Boudou es tan sólo la punta del iceberg de la corrupción kirchnerista. Parece probable que su cabeza ruede antes de las presidenciales del 2015. De nuevo la fábula del hijo pródigo convertido en oveja negra.
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