Elecciones en Francia
La sombra de las deserciones amenaza a Marine Le Pen
Las críticas y las luchas de poder surgidas en el Frente Nacional tras la derrota ante Macron estallan a pocas semanas de las legislativas.
Las críticas y las luchas de poder surgidas en el Frente Nacional tras la derrota ante Macron estallan a pocas semanas de las legislativas.
El fracaso de Marine Le Pen en las elecciones presidenciales, y su fallida campaña entre las dos vueltas, ha desatado una guerra en los cuadros medios y altos del partido que no se han dado tregua. La decepción de la derrota, a pesar de la espectacular progresión de votos entre la primera y la segunda vuelta (tres millones), ha abierto la puerta a críticas y discusiones. Por un lado, el vicepresidente del Frente Nacional (FN), Florian Philippot, ha declarado que dejará el partido si renuncian a defender la salida del euro; por otro, Marion Maréchal-Le Pen, sobrina de la líder de extrema derecha, ha anunciado que abandona la política, al menos de momento, por motivos «personales», según la versión oficial.
Tras el varapalo en las presidenciales, la tendencia más liberal en materia económica ha abierto las críticas contra la línea defendida por Philippot, el número dos del partido, al que acusan de querer imponer de forma hegemónica sus ideas. Pero éste indica que lo que ha hecho daño a Marine Le Pen no son sus ideas, sino la falta de convicción de algunos en el partido.
Philippot está convencido de que «el euro es más un problema político que un problema económico». Y si el partido decide conservarlo, como pareció dar a entender Le Pen durante los últimos días de la campaña presidencial, él no estará junto a ella para contarlo. Tras haber dicho durante meses que la salida del euro y la vuelta al franco estaban en el corazón de su proyecto económico, la líder del Frente Nacional terminó ofreciendo una explicación farragosa, sobre la conveniencia de mantener las dos monedas –el euro y el franco– que no convenció a nadie y sólo le restó votos.
Philippot ha insistido en que él no está ahí «para guardar un puesto a cualquier precio y defender lo contrario de mis convicciones». Reconoce que no cree «un solo instante» en un partido «que defiende la nación, Francia y su grandeza y que renuncia a ese combate esencial». Una forma de amenazar a aquellos que esperaban la derrota de Le Pen para introducir reformas que representen mejor el equilibrio de fuerzas en el seno del Frente Nacional. No piensa lo mismo Gilbert Collard, único diputado de la Asamblea del FN, que ha respondido que el fracaso de Marine Le Pen en las presidenciales vale como un «referéndum» sobre el euro, y la líder de la extrema derecha debe oír el mensaje que le ha enviado el pueblo.
A este cúmulo de tensiones se suma la revelación de Marion Maréchal-Le Pen, que tras la derrota de su tía anuncia que se retira de la política por «motivos personales», lo que contribuye a debilitar la imagen quebrantada del FN. Porque los asuntos familiares no ocultan un desacuerdo con la línea política del partido. Marion Maréchal-Le Pen antes de irse fue una de las primeras voces que mostraron su «decepción» tras el debate protagonizado por su tía frente a Emmanuel Macron. Para Marine Le Pen es un golpe duro porque, a sus 27 años, la sobrina encarnaba el futuro del partido. En una carta a sus electores afirma que «hay que probar a los franceses que también existen diputados libres y desinteresados que se niegan a agarrarse cueste lo que cueste a su estatus o a sus indemnizaciones».
Aunque quiera dedicar más tiempo a su familia, su decisión de no presentarse de nuevo a las elecciones legislativas parece deberse más a las luchas internas en la región. La diputada de Vaucluse abandona también sus cargos en la región Provenza-Alpes-Costa Azul y en el comité político de la formación, pero asegura que no renuncia «definitivamente al combate político».
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