Política

Atentado en Nairobi

La «viuda blanca» de Al Qaeda

Samantha Lewthwaite, la «viuda blanca», es hija de un soldado británico y se crió a las afueras de Londres.
Samantha Lewthwaite, la «viuda blanca», es hija de un soldado británico y se crió a las afueras de Londres.larazon

Germaine Lindsay fue uno de los cuatro responsables de los atentados suicidas de Londres del 7-J de 2005. Aquel día, 56 personas perdieron la vida. Su mujer, Samantha Lewthwaite, condenó lo ocurrido. Dijo estar destrozada y denunció a aquellos que «habían lavado la cabeza» a su dulce esposo, durante sus visitas a la mezquita. Seis años después, la británica de 29 años, hija de un militar, es conocida como la «viuda blanca» y todos los medios ingleses aseguran que es ella quien se encuentra detrás del ataque al centro comercial de Nairobi.

El presidente de Kenia, Uhuru Muigai Kenyatta, anunció ayer que el asalto al Westgate había llegado a su fin. Desde el pasado sábado, cuando los militantes de la banda terrorista Al Shabab comenzaron a pegar tiros sin discriminación y a tomar rehenes, el país estaba paralizado. El resultado de la masacre es desolador: 61 civiles (entre ellos seis británicos) y seis soldados han muerto. Otras 170 personas han resultado heridas. Debido al número de compatriotas que se han visto afectados, en Reino Unido el atentado se ha seguido muy de cerca. Diariamente se han ido relatando las historias humanas escalofriantes. Desde una pareja que estaba a punto de ser padres por primera vez hasta un niño de cuatro años de Windsor que plantó cara a un terrorista consiguiendo salvar a su madre y su hermana. «Tú eres una mala persona», le dijo.

La ministra de Exteriores keniana, Amina Momed, dijo ayer que una mujer británica formaba parte de los atacantes, junto a dos o tres estadounidenses. «Creo que ha hecho eso otras muchas veces», recalcó. No mencionó ningún nombre. Desde Londres se aconsejó cautela en las informaciones y, aunque no hubo confirmación sobre la implicación de la joven –ya fuera como atacante o como organizadora– la Prensa no vaciló a la hora de publicar su fotografía.

Cuando su marido decidió poner una bomba en el metro de Londres aquella mañana de julio, Samantha estaba embarazada del segundo hijo de la pareja. La joven conoció a Lindsay en un foro de internet para musulmanes cuando tenía 17 años, dos después de convertirse al islam.

A los tres meses del enlace nació su primer hijo. Sus amigos de la escuela explicaron entonces que tuvo una adolescencia corriente en Aylesbury, al noroeste de Londres. «Era una joven británica media y no era muy segura», explicó Raj Khan, un concejal que conocía a la familia. Pero tras los atentados desapareció del mapa. En Reino Unido no tiene antecedentes por terrorismo, pero la Policía de Kenia sí la tenía en el punto de mira por presuntos vínculos con una célula terrorista que planeaba bombardear la costa del país. El año pasado, las autoridades ya advirtieron de que estaban detrás de una mujer que había huido de Somalia y estaba utilizando varias identidades, incluyendo la suya británica. Los medios aseguran que se ha vuelto a casar y ahora es madre de cuatro hijos.

Su familia se distanció de ella en 2005, pero su abuela Elizabeth Allen, de 85 años, tuvo ayer que ser ingresada después de que los vecinos le enseñaran la fotografía de su nieta como artífice de la masacre. Si Samantha se encuentra entre ellos, habrá logrado el mismo sueño loco, enfermizo, asesino y atroz que tuvo su primer marido.