Política

Guerra en Ucrania

Las autoridades amenazan con juzgar a los manifestantes

Los manifestantes proeuropeos continúan en las calles de Kiev tras dos semanas de movilizaciones
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Dos semanas después de la suspensión del Acuerdo de Asociación con Bruselas, miles de opositores continúan resistiendo las invernales temperaturas en las calles ucranianas. En Kiev, la plaza de la Independencia seguía ayer siendo el epicentro de la lucha contra un Gobierno que, tras superar la moción de censura, no está dispuesto a dimitir.

A pesar del bloqueo de miles de opositores a su sede, el Ejecutivo de Nikolai Azarov pudo celebrar ayer el primer Consejo de Ministros desde que empezara la crisis. Una reunión en la que el primer ministro advirtió a los manifestantes con tratarlos como criminales. «Algunas fuerzas políticas no tienen una agenda constructiva y están dirigiendo las protestas callejeras con violencia, ocupando ilegalmente los edificios administrativos y bloqueando el funcionamiento de las instituciones estatales. Esto es una ofensa criminal», avisó. «En Kiev hay unos 2.500 insurgentes que utilizan su fuerza y sus habilidades para provocar a las Fuerzas de Seguridad e incitarlas a responder», dijo.

En un intento de zanjar el asunto, una delegación oficial encabezada por el viceprimer ministro viajó a Moscú para abordar el acuerdo aduanero con las autoridades rusas. «A fin de seguir cooperando y para desarrollar las relaciones económicas entre Rusia y Ucrania, tanto el primer ministro [de Ucrania] como los presidentes [de ambos países] acordaron impulsar el trabajo en distintos terrenos», dijo el primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, que destacó la importancia estrategia que para Moscú tiene su vecino al inaugurar la reunión.

En casa, en cambio, las autoridades cada vez se encuentran más aisladas. Los tres ex presidentes de Ucrania apoyaron ayer en una carta abierta las manifestaciones a favor de Europa. En la misiva, Leonid Kravtchuk, Leonid Kutchma y Viktor Yuschenko muestran su solidaridad con los centenares de miles de jóvenes ucranianos. Además, los tres jefe de Estado que ha tenido el país desde su independencia en 1991 advierten de que «la profunda crisis política que se está forjando puede tener consecuencias graves para la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania».

Por su parte, Alemania mantiene abiertas las puertas de la UE a Kiev. «La suerte de Ucrania no nos es indiferente. Estamos a favor de los valores europeos y queremos transmitir que las puertas de la Unión siguen abiertas. Ucrania debe estar a bordo de Europa», afirmó el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, tras reunirse ayer con la oposición en Kiev, a donde ha viajado para asistir hoy a la cumbre de la Organización par la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). Una cita incómoda para un Gobierno convertido en blanco de las críticas de la comunidad internacional.