Accidente de Germanwings

Las cinco clínicas que pisó Lubitz

Las autoridades francesas dieron ayer por concluida la búsqueda de los cuerpos del accidente de Germanwings
Las autoridades francesas dieron ayer por concluida la búsqueda de los cuerpos del accidente de Germanwingslarazon

El piloto homicida consultó en diferentes centros cómo curar sus trastornos mentales.

Andreas Lubitz visitó cinco clínicas para intentar curar sus trastornos mentales. Al menos cinco médicos diferentes, entre ellos neurólogos y psicólogos, trataron los trastornos psiquiátricos de Lubitz, el copiloto que hizo estrellar un avión con 150 personas a bordo. Así lo informó ayer la Fiscalía de Düsseldorf, la encargada de investigar los motivos que pudieron llevar al joven a actuar como lo hizo. Fueron los mismos médicos que le atendieron quienes contactaron a la Policía al reconocer el nombre del copiloto en los medios de comunicación. Según «Der Spiegel», la Fiscalía de Düsseldorf requisó los historiales médicos de las cinco clínicas, con intención de analizarlos e intentar arrojar más luz sobre la pregunta menos clara del desastre: el porqué. Los fiscales germanos advirtieron que «debido al alcance de los documentos y la variedad de los archivos, no se esperan resultados de la investigación en los próximos días». Esta Fiscalía ya adelantó en días anteriores que Lubitz había recibido tratamiento terapéutico a causa de sus tendencias suicidas años antes, cuando aún no ejercía como piloto. Datos, que la Germanwings confesó estar al tanto, días después del accidente.

La compañia aérea ya ha empezado a abonar una compensación de 50.000 euros a las familias de los pasajeros fallecidos. Aunque aún no se ha pronunciado acerca de la cantidad que recibirán los familiares de la tripulación.

Alemania sigue estupefacta ante lo ocurrido en aquel avión el pasado 24 de marzo. Doce días más tarde, las investigaciones continúan abiertas y el país entero se sigue preguntando cómo pudo llegar a suceder. Varios medios de comunicación alemanes publicaron entrevistas a expertos en trastornos mentales. El diario «Bild» preguntó al doctor Borwin Bandelow, vicedirector de Psiquiatría del Hospital de Göttingen, si podía compartir alguna explicación para entender el comportamiento de Lubitz. Su opinión deja ver cierta premeditación por parte del copiloto. «Imagino que fue una decisión espontánea, aunque la trama fue planeada hace mucho tiempo», manifestó el doctor. Dijo también que el comportamiento del copiloto se puede explicar de dos formas. «Es posible que fuera su intención, el querer que muchas personas mueran con él. Esto se da en las personas con trastornos de la personalidad y narcisistas». El doctor también expuso que «es posible también que las otras 149 personas no fueran tan importantes para él. Quería ir a lo seguro, elegir la mejor forma de morir». Bandelow cree que el miedo a no poder volar jugó un papel importante. «Es muy posible que se dijera: como no podré seguir siendo piloto, haré una salida espectacular», añadió.

La Oficina de Investigaciones y Análisis francesa (BEA) indicó que el análisis de la segunda caja negra del vuelo A320 refuerza la hipótesis de que el copiloto estrelló el avión de forma deliberada, que estaba consciente y que manipuló los mandos para incrementar la velocidad, acelerando hasta chocar a 700km/h contra el macizo alpino. Esta caja es la encargada de registrar los datos técnicos del avión y la acción del piloto sobre los mandos. El resultado descarta por completo la teoría de un fallo técnico del aparato y que Lubitz pudiera no estar consciente. Estos primeros análisis aseguraron que «la persona que se encontraba en la cabina utilizó el piloto automático para hacer descender el avión a una altitud de 100 pies» (30 metros). Además, este nuevo descubrimiento muestra que Lubitz pretendía que el choque fuera lo más escandaloso posible. «Modificó los ajustes del piloto automático para aumentar la velocidad del avión mientras descendía», añadió el representante de BEA. Con estos nuevos datos, la causa del choque parece más evidente que nunca.

Mientras tanto Francia ya ha dado por concluida la búsqueda de los cuerpos. La clínica universitaria de Düsseldorf, ciudad en la que residía Lubitz, ya había hecho entrega el lunes de los informes médicos del copiloto. La clínica rehusó dar más datos y no desveló en qué departamento fue tratado, pero sí desmintió que la consulta de Andreas Lubitz estuviese tras la búsqueda de una cura a la depresión.

Poca gente de su entorno laboral y social conocía la gravedad de los trastornos del copiloto alemán. Él se encargó de ocultarlos y pasó con éxito todos los controles médicos de Germanwings, hasta lograr trabajar en un país donde sólo uno de cada diez pilotos llega a conseguir una vacante.