Guerra en Ucrania
Las consecuencias de la imprudencia de Crimea
- ¿Afectará esta consulta popular a la integridad de Ucrania? ¿Han tenido los comicios algún tipo de validez?
-No sólo la celebración de un referéndum es ilegal según la legislación ucraniana: el propio "gobierno"separatista que lo ha organizado, surgido de las ocupaciones de edificios públicos por milicias armadas, también lo es. El contexto no ha permitido la libertad del voto, ya que la mera presencia de estos combatientes es objetivamente una coacción hacia los votantes. Tampoco ha habido observadores internacionales que pudieran garantizar la limpieza del proceso, no sólo durante la votación sino también durante el recuento. Además, esta consulta no es representativa de todo el este de Ucrania, ya que los separatistas sólo controlan una parte: de hecho, sólo se ha votado en dos regiones (Donetsk y Luhansk).
-Sin tener resultados, el número dos de la autoproclamada "República Popular de Donetsk"ya ha anunciado que nombrará nuevas autoridades civiles y militares independientes de Kiev. ¿Ya sabe de antemano que saldrá el "sí", pese a que los últimos sondeos muestran que en el este alrededor de un 70% quiere seguir siendo parte de Ucrania?
-Hay mucha improvisación y descoordinación entre los propios separatistas; tampoco están de acuerdo en si el objetivo final es la independencia o la anexión a Rusia. Lo que sí está claro es que una parte importante de la población civil los apoya. Hay una gran indignación acumulada entre los ucranianos del este, desde que la revolución del Euromaidán se hizo con el poder en febrero. No hay que olvidar que estas regiones votaban en bloque por Yanukovich, mientras que los partidos del actual Gobierno provisional son totalmente minoritarios allí. Por eso la gente de esa parte del país no considera legítimas a las nuevas autoridades, que en su opinión no les representan. La propaganda del Kremlin ha alentado este descontento, pero también Kiev con algunas decisiones irresponsables, como intentar suprimir la cooficialidad del ruso en las regiones del este.
-La operación antiterrorista de Kiev, ¿ha exacerbado los ánimos? ¿Podría entenderse la participación en el referéndum como "un voto de protesta"?
-El acuerdo de Ginebra obligaba al gobierno provisional a iniciar un diálogo para conceder autonomía a las regiones; actualmente, el gobernador de cada una de ellas es nombrado por Kiev, no elegido por los ciudadanos. Pero este proceso se ha bloqueado por el rechazo de las milicias a desarmarse. Al enviar el Ejército, Kiev sólo ha conseguido aumentar la hostilidad de la población local y su apoyo a las milicias: hemos visto incluso como muchos habitantes desarmados intentan frenar el avance de los soldados. Es lógico que la participación en la consulta sea una reacción a estos sucesos, que ya han causado decenas de muertos. Aunque la gente de esas regiones sólo demandaba hasta ahora autonomía y respeto a su identidad, si continúa el ataque su opinión se irá radicalizando: aunque Kiev recuperase el control del territorio, nunca volverían a aceptar su autoridad. Sólo un acuerdo político podría impedir la secesión, pero el odio acumulado tras cada nueva víctima lo hace cada vez más difícil.
-¿Cuál cree que será la respuesta del presidente Vladimir Putin a los referendos?
-El precedente de Crimea ha despertado, como es lógico, unas expectativas similares tanto en el este de Ucrania como en otras regiones separatistas, caso de Transnistria en Moldavia. Putin actuó de forma muy imprudente al defender el derecho de autodeterminación de los crimeos, ya que esto le obliga ahora a escuchar otras demandas de apoyo. Sin duda Rusia proporciona todo tipo de ayuda, incluyendo armamento, a las milicias como forma de desestabilizar al gobierno provisional. Pero es dudoso que desee anexionarse también estas regiones, donde no hay una mayoría de familias originarias de Rusia (como en Crimea) sino que se trata de ucranianos cuya lengua materna es el ruso. Las milicias esperan que si comienza una guerra civil, el ejército ruso acudirá en su ayuda para hacer realidad su independencia: no hacerlo haría aparecer a Putin como traidor a los ojos de muchos. No obstante, Moscú prefiere forzar concesiones de Kiev que le eviten tener que implicarse militarmente: por ejemplo, un Estado federal donde el este logre un autogobierno máximo y Rusia pueda también conservar su tradicional influencia
*Profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea. Preguntas elaboradas por Esther S. Sieteiglesias
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