Política

París

Le Pen levanta la polémica al criticar el aspecto «extraño» de los ex rehenes del Sahel

La Razón
La RazónLa Razón

Adepta a las polémicas, Marine Le Pen no defraudó ayer al ser la única en la clase política francesa en romper el consenso y la alegría de todo el país por la liberación y regreso a Francia de cuatro rehenes galos secuestrados en Arlit (Níger) por los islamistas de Aqmi hace tres años y un mes.

La presidenta del ultraderechista Frente Nacional cuestionó en una entrevista radiofónica el atuendo, el aspecto y el comportamiento observados tras aterrizar en suelo galo y rehusar tomar la palabra brindada por el jefe del Estado, François Hollande, que acudió en persona a recibirles.

"Teníamos la impresión de estar viendo hombres muy... reservados (...) Había dos que tenían la barba recortada de un manera bastante asombrosa. Y la indumentaria era extraña"comentaba Le Pen en referencia a los pañuelos tipo tuareg que portaban los ex rehenes y que uno de ellos llevaba cubriéndole parte del rostro. "Creo que todo eso merece alguna explicación por su parte porque ha dejado una sensación rara en los franceses"añadió la líder del FN sin querer aclarar si estaba insinuando que los cuatro secuestrados habían regresado islamizados tras su largo cautiverio en manos de yihadistas. "No me corresponde a mí elaborar hipótesis"dijo, aunque defendió la legitimidad de preguntarse si habían podido ser víctimas del "síndrome de Estocolmo".

Sus declaraciones, tachadas de "indecentes", "vergonzosas"y "antipatriotas"por varios miembros del Gobierno de Hollande y del Partido Socialista francés, provocaron ayer una tromba de reacciones en la clase política pero también a través de las redes sociales. Los más avezados no tardaron en comparar las palabras "insultantes"de Le Pen con una paranoia propia de la serie de televisión "Homeland"que precisamente trata del retorno de un rehén estadounidense convertido al islam por sus captores radicales.

Cuando Marine Le Pen quiso dar marcha atrás y reconocer la "torpeza"de sus comentarios, ya era demasiado tarde. "No quiero crear polémicas"aseveró, dejando claro que "evidentemente me alegro por su liberación".

Indignados por la actitud de la ultraderechista, los familiares de los secuestrados explicaron que mantenían la misma apariencia que durante su cautiverio "por solidaridad"con los otros rehenes todavía en el Sahel y porque necesitan "protegerse"tras tres años y un mes desconectados del mundo.