Francia
Córcega: Los nacionalistas arrasan en las urnas
La lista común es la más votada en la primera vuelta de las elecciones en la isla francesa, con el 46,7% de los votos, y parte como favorita para la segunda, que se celebrará en una semana
La lista común es la más votada en la primera vuelta de las elecciones en la isla francesa, con el 46,7% de los votos, y parte como favorita para la segunda, que se celebrará en una semana.
Los nacionalistas corsos en el poder sacan músculo al revalidar la confianza de los votantes con una amplia ventaja. La lista común de Hagamos Córcega y Córcega Libre arrasó con un 46,7% de los votos, según las primeras estimaciones de Ipsos para France Bleu. El cabeza de lista, Gilles Simeoni, hablaba ayer de un resultado «histórico» y «sin precedentes» (20 puntos por encima de lo que obtuvieron en 2015), y aseguró que el mensaje de los corsos era de «voluntad de paz y progreso». Los autonomistas e independentistas aliados parten, por tanto, como claros favoritos para ganar la segunda vuelta que se celebrará el próximo domingo frente a las lista de Jean-Martin Mondoloni (14,6%), de la derecha regional, y la de la también conservadora Valérie Bozzi (12,4%), así como el investido por la República en Marcha, Jean-Charles Orsucci (11,7%).
Los corsos votaron ayer y lo harán también para elegir a los representantes de la próxima colectividad única que nacerá el 1 de enero de la fusión de los dos consejos departamentales, Haute-Corse y Corse-du-Sud, y de la región, la colectividad territorial, que existen hoy. A diferencia de Alsacia y Lorena, que han optado por mantener cada uno su idiosincrasia, los corsos han preferido un solo organismo que los represente a todos. Y el Gobierno central ha favorecido esta organización simplificada para ahorrar gastos al contribuyente.
La economía, la prioridad
Para los nacionalistas corsos será la confirmación de su asalto al poder tras su decisión de concurrir juntos a las urnas. En 2015, por primera vez ganaron unas elecciones y durante este tiempo, sin dejar de lado sus reivindicaciones nacionalistas como el estatus de la lengua corsa, la amnistía de terroristas, o las normas fiscales de sucesiones, se han aplicado en la acción económica y social de la isla. El asalto al poder fue posible gracias a la alianza entre la corriente moderada de los nacionalistas, liderada por Gilles Simeoni, que siempre se ha negado a respaldar la violencia, y los radicales, encabezados por Jean-Guy Talamoni, que aspira a la independencia de Córcega. Su lista quedó en cabeza con el 35,34% de votos en la segunda vuelta.
En esta ocasión, no han esperado a la segunda ronda electoral para presentar una lista única. El acuerdo de Gobierno entre el partido de Simeoni, Femu a Corsica (Hagamos Córcega) y el de Talamoni, Corsica Libera (Córcega Libre), deja de lado la idea de la independencia para atraer al electorado. Se presentaban otras seis listas: una de independentistas radicales, la de U Rinnovu, una lista de La República en Marcha, encabezada por el alcalde de Bonifacio, Jean-Charles Orsucci, dos listas conservadores, una lista del Frente Nacional (FN) y otra de la Francia insumisa aliada al Partido Comunista. Dos temas han marcado estos años el voto en la región: la cuestión de la identidad y la inmigración. En las elecciones presidenciales, los corsos votaron masivamente por la ultranacionalista Marine Le Pen en la segunda vuelta (48,5%), aunque la derrota sufrida por la líder del Frente Nacional ha pasado factura y su representante, Charles Giacomi, quedó ayer eliminado en la primera vuelta. A pesar de que se trata de unas elecciones históricas para el futuro de la isla mediterránea, los electores se han movilizado menos. La participación es claramente inferior que en los últimos comicios regionales de 2015. A las cinco de la tarde, una hora antes del cierre de los colegios, la participación era de 45,75%, siete puntos por debajo que hace dos años.
En principio, la nueva estructura territorial no recupera ninguna competencia suplementaria para la isla, aunque asume las que ostentaban los departamentos, como la gestión del transporte escolar, de la infancia y las personas mayores en el ámbito social, y de las aguas. La nueva estructura llamada Colectividad Territorial Unica (CTU) estará formada por 63 cargos, y su mandato será sólo de tres años y medio porque los corsos votarán de nuevo, como todos los franceses, en las elecciones regionales que se celebrarán en 2021.
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