Hillary Clinton

Los peores días de Hillary Clinton

Un libro escrito por una ex trabajadora de la Casa Blanca narra sus obsesiones y miedos durante el «caso Lewinsky»

Hillary mira fijamente a su marido en una imagen de 1998
Hillary mira fijamente a su marido en una imagen de 1998larazon

Un libro escrito por una ex trabajadora de la Casa Blanca narra sus obsesiones y miedos durante el «caso Lewinsky»

Lo de que los trapos sucios se lavan en casa se lo tomó al pie de la letra la ex primera dama, Hilary Clinton. O eso es lo que se narra en el libro escribe Kate Andersen Brower, en el que el drama de una de las mujeres más admiradas en la América de los 90 se hace público mientras se aporta un enfoque distinto a la historia mediática.

En «The Residence: Inside the Private World of the White House», se desvela el sufrimiento y presión que se vivió en la Casa Blanca durante el «caso Lewinsky. No sólo se aporta la visión de sus protagonistas, sino también de todos los empleados que en aquellos años vivieron junto a la familia Clinton uno de los episodios más controvertidos de la política estadounidense.

Cuando Clinton, el esposo de Hilary, saltó a la palestra, no por su vida política, sino por el drama sexual y mediático con su becaria, el estado de ánimo de la entonces primera dama se vio afectado hasta unos límites extremos, que provocaron una obsesión por esconder lo que se avecinaba como la inminente bomba política de la década. Así las cosas, el ambiente en la mítica residencia días antes de las declaraciones del ex presidente en las que admitía su «affaire» con Mónica era bastante tenso. Según este libro, la entonces primera dama, en un acto de desesperación, amenazó al servicio con ser despedido si hacía público lo que era un secreto a voces: la infidelidad de Bill que marcaría su carrera política.

Un ser taciturno

Brower va más allá, y recoge cómo el estado anímico de Hillary decayó, hasta convertirla en un ser taciturno y obsesionado con su privacidad. En uno de los episodios se cuenta cómo pide a su ujier, Worthington White, ir a la piscina a través de un ascensor sin ser vista por nadie, ni siquiera por el servicio secreto. White relata cómo le dijo al servicio privado de la señora lo que exigia la mandamás: «Si alguien la ve o ella se percata de la presencia de alguien, seré despedido. Lo sé, y probablemente tú tambien lo seas». Durante sus retiros solitarios solía leer durante horas un libro titulado «Heartbroken» («Corazón roto»), que parece que se identificaba con sus vivencias.

Otro relato que demuestra el punto de histeria vivido en la Casa Blanca es el hecho de que Bill y Hillary crearan un circuito telefónico interno que conectaba sus habitaciones. Así podrían hablar sin que ninguna teleoperadora pudiera percatarse o grabar sus charlas. Según estos actos, algunos empleados del hogar presidencial afirman que «los Clinton llegaron a ser la gente más paranoica que habían visto en sus vidas». Estas revelaciones pueden afectar notablemente a la imagen pública de la política, que espera anunciar su candidatura para la presidencia del país en 2016.

Gracias a este volumen se puede tener una idea de cómo trabaja un equipo que es supervisado con microscopio en una institución en la que la imagen pública puede ser decisiva. Asimismo, este libro no hace sino revivir los fantasmas del pasado para la ex secretaria de Estado estadounidense, que se encuentra en un momento delicado tras salir a la luz tras una polémica que la relaciona con unos correos eliminados de forma fraudulenta en la Casa Blanca.