Rescate a Grecia
Los radicales de Syriza rompen con Tsipras y forman otro partido
Apenas unas horas tardó en consumarse la más que esperada escisión de Syriza. El nuevo partido, llamado Unidad Popular, está formado por los 25 diputados más radicales de la formación izquierdista, quienes ya han declarado la guerra abierta al ex primer ministro Alexis Tsipras. Su líder será Panayotis Lafazanis, representante del ala más crítica de Syriza, agrupada en torno a la conocida como Plataforma de Izquierdas. El que fuese ministro de Energía –al que Tsipras destituyó– apuesta por la vuelta al dracma, una posibilidad que también defenderá su nuevo partido. «Si es necesario para seguir un camino progresista, abandonaremos la zona euro. Y éste no es un camino hacia al infierno, como muchos sostienen», justificó, para matizar que esa salida será «ordenada».
La lista de Unidad Popular (Laiki Enotita, en griego) se presenta como adalid de «un frente amplio, progresista, democrático y antimemorándum que participará en las elecciones para imponer la cancelación de los programas de rescate (con los acreedores)». Una idea que reiteró Lafazanis ayer, añadiendo que también lucharán por conseguir una quita de la deuda. «La eliminación de la mayor parte de la deuda es un objetivo factible y hay que dejar respirar al país», señaló frente a sus compañeros, aunque la Comisión Europea descartó esa opción justo el jueves. A pesar de esa contradicción, el ex ministro de Energía aseguró que su objetivo es ofrecer una alternativa «realista» al programa de ayudas.
El ataque frontal de la nueva formación contra Tsipras arrancó desde la misma nota de presentación. «Las elecciones que decidió provocar Alexis Tsipras tienen lugar para enterrar el ‘‘no’’ del referéndum, las luchas del pueblo contra el rescate y su esperanza». Un «no» al memorándum que logró un 62% de apoyo en el referéndum y que se ha convertido en «bandera» de Unidad Popular: «El ‘‘no’’ en el referéndum no quedará huérfano», señaló su líder sobre ese espectro electoral antiausteridad que pretenden abarcar para convertirse «en una fuerza política principal y decisiva».
Para Lafazanis, la decisión del ex primer ministro de convocar elecciones anticipadas en verano «no presagia buenas intenciones» y sugirió que ha tratado de coger desprevenido tanto a los díscolos de Syriza como a los griegos. Con esa maniobra, Tsipras «no honra al país ni a su gente», manifestó el líder de Unidad Popular, quien sin embargo afirmó que «no ha sido ninguna sorpresa». Varios ministros habían advertido de esa posibilidad desde el acuerdo para el tercer programa de rescate con los acreedores a mediados de julio.
En este intervalo, la facción radical de la Coalición Izquierdista apostó por la celebración de una moción de confianza, escenario con el que se especulaba y que, según él, no habría hecho caer al Gobierno, algo por lo que Tsipras los acusó en su discurso de dimisión. La convocatoria relámpago de elecciones forma parte de la estrategia del líder de Syriza para obstaculizar la organización de la lista de Unidad Popular. La candidatura podría ampliarse en las próximas horas si algunos de los miembros de la Plataforma de Izquierdas deciden sumarse, entre otros el polémico ex ministro de Finanzas Yanis Varufakis y la presidenta del Parlamento, Zoe Konstantopoulou, quienes todavía no se han pronunciado pero que mantienen contactos con Unidad Popular para barajar opciones, según indicó Lafazanis. El ex ministro de Finanzas, en una entrevista a «Le Nouvel Observateur», dejó muy claro que no apoyará a Tsipras y acusó a éste de «traicionar a la gran mayoría del pueblo griego». «Si las elecciones anticipadas desembocan en un gobierno y en un partido que han recibido un mandato popular para aplicar el acuerdo del 13 de julio, evidentemente no podré formar parte de ello». Varufakis tacha de «capitulación» el plan de rescate, y dice que él se mantiene fiel al programa de Syriza.
El nuevo bloque surgido de la división de Syriza ha pasado a ser la tercera fuerza política en el Parlamento, algo que le da derecho a intentar formar Gobierno. El mismo Lafazanis agotará los tres días de mandato exploratorio establecidos por la Constitución para tratar de crear Ejecutivo y para ello abrirá un diálogo con todas las fuerzas políticas. En ese sentido, la Prensa local apunta que esa decisión tan sólo tiene como objetivo ganar tiempo de cara a las elecciones, pues parece muy complicado lograr un apoyo mayoritario en vista de las diferencias con el resto de partidos. Sin embargo, esa maniobra permitirá retrasar los comicios hasta el 26 de septiembre, e incluso a comienzos de octubre.
Además de las fuerzas de la oposición, a Tsipras le ha salido ahora un nuevo oponente político, con un discurso muy agresivo en vista de sus primeros movimientos, por lo que se prevé una feroz campaña. Syriza defenderá que con el tercer rescate consiguió reducir el objetivo de superávit primario –un logro hacia la relajación de la austeridad–. Tsipras puede jugar también la carta de una posible reestructuración de la deuda a corto plazo, de lo que ya alardeó en su discurso de anteayer, así como subrayar la «responsabilidad nacional» y exponer que las medidas incluidas en el programa, pese a ser dolorosas, fueron necesarias para mantener a Grecia en el euro.
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