Política

Brexit

Los riesgos para la economía española

Una imagen reciente de la Bolsa de Madrid
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El Consejo Europeo sometió ayer a votación el acuerdo entre la UE y Reino Unido. En cualquier caso, la salida británica de la Unión acarreará graves consecuencias económicas para todos –especialmente, si se va a un «Brexit duro»–, también para España, dada la interrelación existente entre las economías de ambos países. Lo más obvio es qué va a suceder con los más de 10.000 españoles que trabajan en Gibraltar y con los 70.000 españoles que lo hacen en Reino Unido en el caso de que no hubiese un acuerdo recíproco entre la UE y dicho país para facilitar la permanencia laboral mutua. Adicionalmente, la economía puede verse afectada más profundamente en casi todos los sectores.

Agricultura, ganadería y pesca

Dentro del sector primario, el efecto más negativo puede venir por el sector pesquero. La salida de Reino Unido pueda acabar con un 15% de la flota pesquera de la Unión Europa, con la pérdida de más de 6.000 puestos de trabajo. España es uno de los países más relevantes de la flota comunitaria y recibiría un impacto muy importante, pero el efecto puede ser peor, ya que podría generar un efecto total en la economía –directo e indirecto– de una caída de 3.200 millones de euros en la producción, con un impacto negativo en el PIB de 1.410 millones de euros y la pérdida de 27.000 puestos de trabajo en el conjunto de la economía.

Industria

Aquí, la automoción, que suma en la producción de vehículos 65.628 millones de euros al PIB nacional, más otros 17.927 millones en la producción de otros medios de transporte, exporta casi 365.000 vehículos a Reino Unido, por importe de 4.400 millones de euros, así como otros 1.725 millones de componentes de vehículos. No es descabellado pensar que ante un «Brexit duro» o, incluso, en un futuro sin una unión aduanera tras el período transitorio, debido al incremento de aranceles, dichas exportaciones pudiesen reducirse alrededor de un 25%, con una caída de 2.400 millones en la producción, que afectaría negativamente al PIB español en casi 1.100 millones de euros y la pérdida, por efectos directos e indirectos, de 20.655 empleos.

Es cierto que en la actividad aeroespacial España ha conseguido atraer el Centro de Seguridad Galileo, de seguimiento de satélites, pero su impacto en el empleo no parece que vaya a llegar a los 100 puestos de trabajo.

Construcción

Más de 240.000 británicos residen en nuestro país, muchos de ellos con rentas holgadas y capacidad de inversión, o, al menos, pensionistas desahogados que vienen buscando un buen clima y que realizan, por tanto, inversión en viviendas para poder vivir o rentabilizar sus ahorros. La permanencia de muchos de ellos depende del acuerdo que se alcance, pero sí podríamos pensar que, en el caso de que no hubiese acuerdo y fuésemos a un «Brexit duro», la producción del sector inmobiliario podría descender un 1%, lo que podría implicar un impacto negativo en el PIB de 660 millones y de 12.640 empleos.

Servicios

El turismo representa más del 11% del PIB español. Los británicos son los que lideran el gasto de los turistas extranjeros, con un gasto diario de 905 euros por persona. Si la libra se deprecia tras el Brexit y llega a la paridad con el euro, dicho gasto, por ese efecto, se reduce a 798 euros al día. Si le unimos un posible descenso del 20% en la llegada de turistas británicos a España por el encarecimiento del euro, ambos efectos pueden hacer caer la producción de este sector en 4.132 millones de euros, con un impacto negativo en el PIB de 1.818 millones y una pérdida de 13.900 empleos.

Transacciones de bienes y servicios y financieras

Las exportaciones a Reino Unido representan el 7,2% de las exportaciones españolas, equivalentes a 18.950 millones de euros, mientras que las importaciones suponen 11.443 millones de euros. Ante las barreras arancelarias, es fácil que el saldo neto pudiese empeorar, con un «Brexit duro», en unos 3.000 millones, lo que provocaría un descenso del PIB de 1.300 millones y un desempleo de 25.000 personas. Ese empeoramiento del saldo de la balanza por cuenta corriente habría de ser compensado, en la balanza financiera, atrayendo inversiones por el mismo importe, al que habría que sumar las inversiones británicas que se perdiesen de los 49.809 millones que ahora invierten los británicos en España.

En conclusión, la economía española debe, ahora más que nunca, realizar reformas profundas para mejorar su productividad y compensar los efectos negativos que el Brexit puede ocasionar, al tiempo que le servirá para estar preparada para futuras crisis.