Europa

Pamplona

Los Sanfermines y la «tomatina» también se viven en Illinois

Unas 5.000 personas, en su mayoría inmigrantes latinos, vivieron hoy la experiencia de sus vidas en la ciudad estadounidense de Cícero, próxima a Chicago, donde recrearon dos típicas fiestas españolas: los encierros de San Fermín y La Tomatina. En lugar de las calles angostas y empedradas de Pamplona, los organizadores dispusieron la pista de césped del hipódromo Hawthorne, cercano a Chicago.

Los participantes corrieron por un circuito de casi un kilómetro junto a toros de casi 700 kilos de peso, y más tarde protagonizaron una batalla campal a tomatazos como ocurre todos los años en la localidad valenciana de Buñol.

Con la adrenalina en el nivel más alto, David Hernández admitió a Efe que sintió un poco de miedo ante los toros, pero dijo que estaba muy orgulloso de haber completado la prueba.

"Nunca visité España y esto es algo que quería hacer", declaró.

Su padre lidia con toros y ya tuvo la oportunidad de participar en la corrida de San Fermín, agregó.

Para Javier Rinconeño, otro de los participantes, el temor a ser corneado no le detuvo porque a su entender en Chicago existen otros riesgos en la vida diaria.

"Si no es un toro, es un carro (vehículo), una persona o alguna cosa de la vida que te puede atropellar", manifestó.

Los participantes se registraron con mucha anticipación para la "Great Bull Run"y la "Tomato Royale", y pagaron 75 dólares (55 euros) por cabeza por ambos eventos. El precio para ser simplemente espectador fue de 15 dólares (11 euros).

La edad mínima para correr con los toros era de 18 años, mientras que se podía participar en La Tomatina a partir de los 14 años.

A pesar del caos reinante en algunos momentos y del peligro de estampida, no se registraron lesiones graves entre los participantes del encierro.

Robert Dickens, de la empresa organizadora, informó de que este festival ya se presentó en otras siete ciudades de Estados Unidos y que es una oportunidad de participar "en eventos que son legendarios en Europa".

El día fue organizado en seis carreras de unos 600 participantes con seis toros cada una.

Los más resistentes aguantaron varias pasadas por el circuito, cruzándose por delante de los animales.

Algunos participantes vestían de blanco y los más osados de rojo, dispuestos a provocar a los animales.

Dickens dijo que los 18 toros usados procedieron de Kentucky, donde son criados y entrenados para participar en espectáculos públicos.

Además de los cuidadores de los animales, en el circuito se desplegaron varias dotaciones médicas para actuar ante alguna emergencia.

La Tomatina de Cícero, ciudad estadounidense habitada de forma mayoritaria por inmigrantes de origen mexicano, trató de imitar la fiesta callejera que se celebra el último miércoles de agosto en el municipio valenciano de Buñol.

En ella los participantes se arrojan tomates en una batalla campal que pone fin a las fiestas del santo patrón de la ciudad.

En este caso la fiesta estuvo amenazada hoy por la lluvia y el fuerte viento, pero igualmente se mantuvo el entusiasmo de la gente en una batalla donde se usaron como munición más de 13.000 kilos de tomates maduros.