Inmigración ilegal
«Luchar contra el tráfico de personas contribuye a combatir el terrorismo»
Con una dilatada carrera diplomática como embajador en Washington y la ONU, Giulio Terzi di Sant’Agata (Bérgamo, 1946) dirigió la diplomacia italiana bajo el Gobierno de Mario Monti.
Con una dilatada carrera diplomática como embajador en Washington y la ONU, Giulio Terzi di Sant’Agata (Bérgamo, 1946) dirigió la diplomacia italiana bajo el Gobierno de Mario Monti.
–¿Cómo está respondiendo la UE al drama de la inmigración?
–Se han creado muchas expectativas tras el Consejo Europeo extraordinario del 23 de abril convocado por la tragedia de cientos de personas ahogadas en las aguas del Mediterráneo. Sin embargo, no ha habido consenso sobre el reparto de los 40.000 indocumentados propuesto por la Comisión Europea. Todos ellos no son refugiados, también hay inmigrantes irregulares. Es decepcionante ver cómo tras meses de tragedias y discusiones, aún no hay un plan de trabajo aceptado por todos los Estados miembros.
–¿Los flujos de inmigrantes que llegan a Europa son un caballo de Troya para el terrorismo?
–Se trata de grandes flujos humanos procedentes de una región azotada por el terrorismo fundamentalista. Esto no significa que estos inmigrantes estén vinculados necesariamente con el radicalismo. Pero es muy posible que una vez que lleguen a Europa muchos de ellos entren en contacto con organizaciones de crimen organizado, e incluso, pueden ser radicalizados en centros culturales musulmanes por grupos listos para proporcionar ayuda financiera y medios para lograr sus fines.
–¿Fue un error la intervención militar en Libia en 2011?
–El colapso de las instituciones en Libia fue considerablemente posterior a la caída de Gadafi. Entre finales de 2011 y los primeros meses de 2012, el proceso constitucional dio lugar a un Gobierno de transición que llegó a un acuerdo con el Ejecutivo italiano de Mario Monti por el cual las autoridades libias prometieron cumplir sus compromisos internacionales. Trípoli se comprometió a respetar todos los convenios humanitarios sobre el trato a los inmigrantes, así como los acuerdos económicos bilaterales de inversiones e infraestructuras. Durante unos meses, las cosas fueron en la buena dirección y regresaron las empresas para invertir en el desarrollo del país. Pero, tras la llegada de los Hermanos Musulmanes al poder en Egipto, aumentó la influencia islamista en Túnez y el resto del norte de África. Es mi convicción que el colapso institucional de Libia es en gran parte resultado de una explosión islamista en el norte de África que bloqueó el proceso constitucional libio. Mientras el enviado especial de la ONU, Bernardino León, trata de volver a encarrilar la transición política, nos enfrentamos a una emergencia de seguridad por la inmigración. De ahí que todas las medidas que podamos tomar para frenar al tráfico de personas y el crimen organizado pasan por aumentar la coordinación con los países del norte de África y contribuyen a luchar contra el terrorismo, porque los dos problemas están conectados.
–¿Contribuirá a acabar con las mafias la operación naval lanzada por la UE? ¿Logrará el plácet de la ONU para ir más allá?
–En cierta manera, el uso de fuerzas militares debería considerarse en el marco de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero creo que otras medidas, como la coordinación de los servicios de inteligencia de los países europeos, también resultan muy importantes.
✕
Accede a tu cuenta para comentar