El presidente francés, Emmanuel Macron, ha mostrado hoy en una entrevista el temor a que en Francia se produjera una violencia similar a la "de Brasil o Estados Unidos" en referencia a las protestas en ciudades francesas en contra de la reforma de las pensiones que subirá la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. “No podemos aceptar ni rebeldes ni facciones ”, insistió el mandatario, quien mostró su confianza en que la reforma de las pensiones aprobada por el Parlamento entre en vigor antes de final de año.

“¿Cree que me hace feliz hacer esta reforma? No!", afirmó el presidente de la República en la entrevista en las dos principales cadenas de televisión del país. Macron defendió que es "necesaria" una reforma de las pensiones. “Esta reforma no es un lujo, no es un placer, es una necesidad” , argumentó, considerando que “el proyecto de todas las oposiciones es el déficit” .

"Sería bueno para que 1,8 millones de personas vean aumentada su pensión unos 600 euros por año", aseguró el presidente. Macron aseguró que la reforma depende ahora del dictamen del Consejo Constitucional, pero no de las protestas callejeras que, dijo, "hay que respetar cuando son pacíficas pero no cuando acuden a la extrema violencia".

Aunque reconoció que "hay que escuchar la cólera" de los ciudadanos, advirtió de que "no se va a tolerar un desbordamiento", porque "la cólera legítima" contra la reforma no justifica la violencia. Ante la proliferación de huelgas y bloqueos de algunos sectores económicos, dijo que "los bloqueos deben levantarse cuando afectan a la vida económica", por ejemplo en las refinerías y la distribución de combustible o en las recogida de basuras.

“Que haya manifestaciones para decir que estamos en contra es legítimo. Pero cuando hay bloqueos hay que saber levantarlos: por eso le pedí al gobierno en lo posible negociar, y si no requisar”, detalló Macron sobre el movimiento social en su contra. “El orden republicano es el que yo quiero”, sostuvo el jefe de Estado, que añadió que los franceses tienen “razón” en estar cansados, y deseando que se reanude lo antes posible la “vida normal” .

El único error que admite Macron

Macron solo reconoció un error en todo este proceso: el de "no haber conseguido convencer" a los ciudadanos de la necesidad de la reforma de las pensiones, que según las cifras el Gobierno entrarán en un déficit que crecerá hasta los 12.500 millones de euros para 2030. "¿Creen que me gusta hacer esta reforma? No", aseguró, antes de insistir en que se ha desechado bajar las pensiones o subir las cotizaciones de empresas y trabajadores ("somos uno de los países con más impuestos de Europa"), lo que solo deja la opción de trabajar más. "Ninguna fuerza sindical ha propuesto compromisos. Nos han dicho que no querían ninguna reforma", insistió.

El presidente aseguró entender el enfado de muchos ciudadanos cuando ven los extraordinarios beneficios de las grandes empresas y afirmó que pedirá al Gobierno que se les obligue a "participar en el esfuerzo colectivo" de la nación.

Sus tres prioridades

Macron planteó tres prioridades de su presidencia: primero la industria y el trabajo, donde pretende "ganar la batalla por la industria baja en carbono", luego la restauración del "orden republicano" basado en la creación de 200 cuarteles de policía, y finalmente las condiciones de vida, con el acento puesto en la educación, la sanidad y la ecología.

Reacciones a la entrevista de Macron

Las declaraciones de Macron fueron calificadas por el líder sindicalista francés Philippe Martínez como "un desprecio por los millones de personas que se manifiestan". Martínez expresó su preocupación porque “el presidente de la República está seguro de lo que hace por su cuenta, y eso es grave”.