El Futuro de Venezuela
Maduro traslada a Rusia la sede europea de la petrolera PDVSA
El Kremlin garantiza su apoyo al régimen para evitar que una intervención estadounidense aúpe a Guaidó.
El Kremlin garantiza su apoyo al régimen para evitar que una intervención estadounidense aúpe a Guaidó.
El líder chavista Nicolás Maduro ordenó que la oficina de la petrolera estatal PDVSA en Lisboa se traslade a Moscú, según anunció ayer la vicepresidenta Delcy Rodríguez, una medida diseñada para ayudar a salvaguardar los activos de su país en Europa. Moscú ha decidido respaldar a Maduro ante el desafío político del líder opositor Juan Guaido, respaldado por más de 50 países como presidente legítimo.
Rodríguez, al explicar la decisión de trasladar la oficina de PDVSA en una conferencia de prensa conjunta en Moscú con el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo que Europa había demostrado que ya no podía garantizar la seguridad de los activos de Venezuela. Citó como ejemplo la reticencia del Banco de Inglaterra a entregar los suministros de oro venezolanos, y dijo que Caracas ahora está decidida a ampliar la cooperación con Rusia, quien en diciembre anunció una inversión de 6.000 millones en Venezuela para desarrollar la industria petrolera y la minería de oro.
La mudanza de la oficina de PDVSA confirma también los planes para ampliar la cooperación técnica en la extracción de crudo con las petroleras rusas Rosneft y Gazprom, agregó. «Vamos a hacer inversiones industriales para producir todo lo que necesitamos en nuestro país con la ayuda de la Federación Rusa», dijo Rodríguez.
Lavrov añadió en la misma conferencia de prensa que Rusia había hecho un primer envío de asistencia médica a Venezuela y que también estaba ayudando con suministros de trigo. Rusia ha enviado 257.000 toneladas de trigo a Venezuela el año pasado y ahora está en camino un barco con 32.400 toneladas adicionales de este cereal.
Lavrov acusó asimismo a Estados Unidos de intentar diseñar un golpe de Estado para derrocar a Maduro y la perspectiva de su expulsión es un dolor de cabeza geopolítico y económico para Moscú. Rusia, como China, se ha convertido en un acreedor de último recurso para Caracas, prestándole miles de millones de dólares a medida que su economía se desplomaba. Moscú y Pekín mantendrán su apoyo, como demostraon al frenar el jueves una resolución estadounidense en el Consejo de Seguridad de la ONU para facilitar ayuda humanitaria sin trabas en Venezuela.
El ministro de Exteriores ruso consideró que una intervención militar de EE UU «es posible» dada la insistencia de Elliott Abrams, enviado especial norteamericano para Venezuela, en «atizar la tensión» y provocar «un derramamiento de sangre que justifique la intervención». Lavrov añadió que «Venezuela se enfrenta a un asalto frontal y a una injerencia sin vergüenza en sus asuntos internos». Según Lavrov, «Estados Unidos planea comprar armas ligeras, morteros, misiles tierra-aire y otro tipo de armamento para enviarlos a países próximos a Venezuela». El transporte de dicho armamento se efectuaría con ayuda de «una compañía aérea de uno de los regímenes más obedientes» dijo en referencia a Ucrania. Reuters
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