Pakistán

Malala, el icono de Occidente

Las compañeras de colegio relatan a LA RAZÓN el día del ataque talibán y su lucha por la educación infantil

Malala fue recibida el viernes por Obama y su familia
Malala fue recibida el viernes por Obama y su familialarazon

Quizás, el mejor premio que ha recibido Malala Yusufzai sea el agradecimiento de todas sus compañeras del instituto Kushal de Mingora (Swat) por haberles dado coraje y fuerzas para seguir estudiando. Pakistán es un país donde la educación no es un derecho para todos sino más bien un riesgo para miles de niñas que se sienten amenazadas por los talibanes.

Durante el oscuro periodo talibán la educación fue totalmente prohibida para las niñas en el valle de Swat. Malala ha pagado un precio muy alto por hablar abiertamente y defender el derecho de la educación de las mujeres. El 8 de octubre de 2012, a dos calles de la escuela de secundaria Khusal, unos desconocidos armados dispararon cuatro tiros e hirieron gravemente a Malala, a Shazia Ramazan, de 14 años, y a Kainat Riaz, de 17. El ataque contra las niñas turbó la paz de los habitantes de Mingora. Pero su sacrificio no ha sido en vano, ya que ha dado fuerzas a sus compañeras para seguir estudiando en el valle de Swat. Malala se ha convertido en el símbolo de la lucha por los derechos de la educación en Occidente y está a la altura de otros iconos como Nelson Mandela o de la birmana Aung San Suu Kyi. No obstante, también Shazia y Kainat, las otras dos supervivientes del ataque talibán, son un referente. Ahora, las dos compañeras de Malala se han reunido con ella en Reino Unido. Las dos niñas han recibido una beca de estudios para continuar su formación en Gales. Shazia se ha recuperado de sus heridas físicas, pero no de las del corazón. La niña recibió dos disparos, uno en el hombro derecho y otro en la mano izquierda. Aquel día Shazia se había sentado con Malala en el autobús y Kainat, en el asiento de atrás. Kainat también recibió un disparo en el hombro. «No podía creer lo que estaba pasando. Todo fue muy rápido. Un hombre con un arma entró en el autobús y preguntó quién era Malala y empezó a disparar. No me di cuenta de que estaba sangrando hasta pasado un rato. Nos habían herido. Malala tenía la cara cubierta de sangre», relató con dolor la niña, en una entrevista con LA RAZÓN. Primero fueron llevadas al hospital Saida Sharif en Mingora para un tratamiento de primeros auxilios y después trasladadas al hospital Combined Military en Peshawar. El estado de Malala era muy grave y fue evacuada a un hospital de Birmingham para su tratamiento. Shazia y Kainat permanecieron un mes ingresadas en Peshawar y regresaron a Mingora. Shazia asegura que el hecho de que le hayan disparado «no me frenará de seguir estudiando». «La educación es un derecho tanto para hombres como mujeres. Ha sido un gran sacrificio para nosotras no poder estudiar durante el tiempo en el que los talibanes estuvieron en Swat y no vamos a dejar que nadie nos lo impida ahora», declaró desafiante Shazia. «No tengo miedo, Malala es un ejemplo para todas nosotras y voy a seguir con su misión», agregó. La valentía de Malala ha inspirado a alumnas y profesoras de otros centros educativos en Swat.

Fatma Asim es la directora de la escuela de secundaria Amankat. Asim conoció de primera mano la violencia de los talibanes. Su anterior escuela, en la aldea de Kalakani, fue destruida por el propio guarda de seguridad que plantó los explosivos y la hizo volar por los aires. «Es cierto que seguimos teniendo miedo de los extremistas. Pero la situación es mucho mejor que hace unos años», indicó antes de explicar que Malala sufrió el ataque porque «era una persona conocida y había captado la atención de la prensa». «Con este ataque, los talibanes quisieron reivindicarse», aseguró la maestra, antes de insistir en que «no van a intimidarnos. Nuestras alumnas seguirán estudiando porque es su derecho». «Nunca he dejado de cumplir con mi obligación y la escuela siempre ha estado abierta», subrayó. Rihama, de 13 años, es su mejor alumna de octavo curso. «No tenemos miedo, queremos ser como Malala y nos sacrificaremos como ella para luchar contra los talibanes», dice a viva voz.