Pakistán

Malala, premio Sájarov 2013 del Parlamento Europeo

Malala el pasado 27 de septiembre
Malala el pasado 27 de septiembrelarazon

Malala Yusufzai no tuvo miedo a alzar la voz para defender la educación de las niñas en Pakistán, pero su desafío la colocó en el punto de mira de los extremistas. Malala sobrevivió a un ataque talibán el 8 de octubre de 2012, cuando salía de clase. Unos desconocidos tirotearon el autobús en el que viajaba junto con otras compañeras, entre ella Shazia y Kainat, que también resultaron heridas. Era época de exámenes y Kainat estaba especialmente contenta aquel día. «Tuve que hacer un examen con seis preguntas y no me dio tiempo a terminarlo, pero la profesora me dio tiempo extra y pude contestarlas todas. Subí al autobús y Shazia estaba sentada al lado de Malala, así que yo me senté detrás. Íbamos hablando de los exámenes cuando, de repente, el conductor paró bruscamente», relata Kainat a LA RAZÓN. «Todo sucedió muy rápido», agrega. Un hombre enmascarado y armado subió al vehículo y preguntó en voz alta: «¿Quién es Malala? Y comenzó a disparar».

El atacante disparó cinco tiros: dos de las balas fueron a parar a la cabeza y el cuello de Malala. Otras dos, al hombro derecho y a la mano izquierda de Shazia y el último, a la espalda de Kainat, que yacía agachada. «No podía creer lo que estaba sucediendo. Vi a Malala y a Shazia sangrando y después me di cuenta de que yo también estaba herida. La maestra gritó: '¿Quién está herida?' Y unos vecinos nos llevaron al hospital», detalla la superviviente. Las tres niñas recibieron tratamiento de primeros auxilios en el centro hospitalario de Mingora, y después fueron trasladadas a un hospital militar, donde estuvieron ingresadas un mes. Shazia y Kainat estaban estables, pero Malala estaba muy grave y, por miedo a no poder salvarla, fue evacuada a un hospital en Reino Unido.

Malala no podrá volver nunca más a su Mingora natal, porque su vida podría volver a correr peligro. Sin embargo, cada mañana el pupitre vacío que dejó Malala llena de coraje y fuerzas a sus compañeras, decididas a continuar con su lucha por la educación. En 2011, Malala recibió el premio Nacional de la Paz por defender la educación y esto la colocó en el punto de mira de los radicales. Su lucha a favor de la educación le ha valido muchos premios internacionales. Ayer, el Parlamento Europeo le otorgó el Sajarov de Libertad de Conciencia. «Representa una gran oportunidad para seguir dando voz a los niños que no la tienen», agradeció la adolescente. Hoy podría recibir el Nobel de la Paz, como símbolo de la resistencia a los talibanes. Pero Malala siente que no es merecedora. «Mucha gente se merece el premio. Yo no he hecho tantas cosas como para ganar el Nobel».

¿PREMIO NOBEL?

Malala Yusufzai parece la indiscutible favorita a recibir el galardón, pero algunos expertos dudan de la conveniencia de premiar a una adolescente