Brexit

May rechaza pagar por el Brexit

La «premier» británica defiende que los Veintisiete costeen la factura de la salida de la UE. Bruselas recibe hoy el visto bueno de los Estados para iniciar las negociaciones con Londres.

SIN CONCESIONES. La «premier» Theresa May centra su campaña en la promesa de un «Brexit duro» para garantizar los intereses de Londres.
SIN CONCESIONES. La «premier» Theresa May centra su campaña en la promesa de un «Brexit duro» para garantizar los intereses de Londres.larazon

La «premier» británica defiende que los Veintisiete costeen la factura de la salida de la UE. Bruselas recibe hoy el visto bueno de los Estados para iniciar las negociaciones con Londres.

La campaña electoral británica no está sirviendo para templar los ánimos sino todo lo contrario. Todo indica que la apuesta por un «Brexit duro» continúa y que las palabras altisonantes como preludio a las negociaciones a cara de perro entre Londres y sus todavía socios se seguirán sucediendo. Como no hay defensa más efectiva que un buen ataque, ayer la «premier» británica, Theresa May, no sólo se negó a pagar la factura que Bruselas le reclama por el divorcio, sino que aseguró al «Sunday Telegrahp» que deben ser los Veintisiete los que se hagan cargo de ella.

Aunque no hay cifras oficiales sobre a cuánto ascendería esta cantidad, en las últimas semanas Bruselas ha endurecido su postura. De las estimaciones iniciales que cifraban este montante en unos 60.000 millones de euros, los últimos cálculos realizados por el rotativo «The Financial Times» y el «think tank» Bruegel aumentan esta cantidad a los 100.000 millones de euros. Para May, sin embargo, la participación de Londres en el Banco Europeo de Inversiones y su contribución al Fondo Europeo de Inversiones y otros proyectos vale «miles de millones de libras», y Reino Unido no piensa renunciar a ellas.

Una de las principales razones de este incremento reside en que los Veintisiete se niegan a reducir de esta factura los bienes comunes que ahora mismo posee Londres por su pertenencia al «club». Dentro de este inventario, se incluirían los edificios de las instituciones, como el Parlamento o la Comisión, o sus bodegas con más de 40.000 botellas de vino que son descorchadas en las cumbres europeas. Sin embargo, una vez analizado este punto, el equipo del negociador jefe de la UE para el Brexit se muestra implacable. «Son bienes de la Unión Europea como entidad jurídica», explican fuentes comunitarias que se muestran contrarias a cualquier reparto.

Los Veintisiete también pretenden que Londres se haga cargo de los gastos de mudanza de las dos agencias en suelo británico que deberán ser recolocadas en territorio europeo tras el divorcio y pretenden que Reino Unido pague la factura de las pensiones de la parte proporcional de los funcionarios europeos, y no únicamente de los británicos como pretende Londres.

Y May no ha sido la única que ha echado más leña al fuego. David Davis, ministro para el Brexit, ha vuelto a señalar el abismo de una ruptura de las negociaciones a través de las páginas del «Sunday Times». «Bajo según qué circunstancias, si fuera necesario, estaríamos en una posición de hacerlo», aseguró ayer en unas declaraciones al rotativo británico, aunque también puntualizó sus preferencias por un acuerdo. Una amenaza muy parecida proferida por la «premier» británica en su ya histórico discurso de Lancaster, cuando defendió la ausencia de acuerdo antes que uno nocivo para los intereses británicos.

Las «líneas rojas» están claras y los Veintisiete, por el momento, no dan muestras de división. Hoy las capitales europeas aprobarán el mandato para que la Comisión inicie las negociaciones y se espera que los ministros den luz verde al mandato «con rapidez», según explican fuentes diplomáticas. La reunión de hoy también servirá para comenzar a preparar la cumbre de junio a Veintisiete en la que se analizará el primer estadio de las negociaciones que, según la prensa británica, comenzarán el 19 de junio, sólo once días después de las elecciones. En la capital comunitaria se da por hecho que la celebración de los comicios el 8 de junio originará un retraso de unas dos o tres semanas, teniendo en cuenta que el pistoletazo de salida estaba previsto tras la reunión de hoy.