Alemania

Merkel sufre una serie de espasmos en un acto oficial

La canciller fue incapaz de controlar los espasmos de pies y manos tras recibir al presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski

Angela Merkel con el presidente de Ucrania Vladimir Zelenski, hoy en Berlín/AP
Angela Merkel con el presidente de Ucrania Vladimir Zelenski, hoy en Berlín/APlarazon

La canciller fue incapaz de controlar los espasmos de pies y manos tras recibir al presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski.

¿Tiene Angela Merkel problemas de salud? La pregunta saltó ayer desde la opinión pública alemana a la comunidad internacional después de que sufriera fuertes temblores en público. Un episodio que eclipsó la recepción en Berlín del nuevo presidente ucraniano, Vladimir Zelenski. Fue justo cuando la canciller asistía al lado del presidente ucraniano a un desfile militar en la entrada de la Cancillería, donde la temperatura rozaba los 30ºC. Al sonar el himno alemán, Merkel se apretó las manos y poco después su cuerpo empezó a temblar. Con los brazos levemente tendidos hacia adelante, intentó de manera visible atenuar estos temblores durante al menos medio minuto. Después del himno, la canciller pareció mejorar y pudo recorrer con paso rápido la alfombra roja junto a Zelenski hacia el interior del edificio.

Una media hora después de la escena, Merkel aseguró con una sonrisa haberse recuperado. «Bebí por lo menos tres vasos de agua, algo que manifiestamente me faltaba, y ahora me siento muy bien», contestó al ser preguntada en una rueda de prensa. Asimismo, Zelenski corroboró haber visto a la líder alemana «muy segura». Pero a pesar de la aparente tranquilidad que manifestó la canciller, la escena produjo dudas sobre su salud, que el próximo mes cumplirá 65 años y que se encuentra en su última legislatura tras haber anunciado su retiro en 2021, una vez finalice su actual mandato. En diciembre del año pasado fue elegida para la jefatura del partido Annegret Kramp-Karrenbauer, leal a la línea de Merkel, aunque con un perfil más derechista que ésta. La retirada gradual de la canciller precipitó los rumores de un final abrupto de la legislatura, aunque hasta ahora ha insistido que su propósito es agotarla.

No es la primera vez que sufre estos temblores atribuidos a la falta de agua, ni que explotan las especulaciones, especialmente por los elevados niveles de estrés tras casi 14 años ininterrumpidos de gobierno. En 2015, y durante una presentación de la ópera «Tristán e Isolda» en el Festival Wagner de Bayreuth, Merkel se cayó de su silla en el entreacto y medios locales hablaron de un posible mareo. Un día después, se publicó una rectificación en base a información oficial, explicando que no se había mareado, sino que la silla se había roto al sentarse. Pero las dudas continuaron, especialmente porque muchos recordaron otro episodio, este de 2014, en el que Merkel sufrió una descompensación en medio de una entrevista. La canciller también lo atribuyó a una deshidratación, aunque aquellos temblores no fueron ni mucho menos de la magnitud de los que experimentó ayer.