Refugiados
Miedo a los inmigrantes
Según las últimas mediciones de la prestigiosa encuestadora Gallup, Donald Trump registra una tendencia al crecimiento y de manera constante con respecto a la aprobación de su gestión. Mientras que en septiembre de este año el 38% consideraba que la gestión del magnate es positiva, hoy lo hace el 44%. Dicha propensión parece ir creciendo en la medida en que nos acercamos a las elecciones legislativas del 6 de noviembre.
Esta semana, la situación en Centroamérica con la caravana de emigrantes hondureños dispuestos a entrar a EE UU de manera ilegal le ha servido a Trump para fortalecer su discurso de cara a las elecciones. «Estoy viendo cómo el Partido Demócrata encabeza (porque quieren fronteras abiertas y leyes débiles) un asalto a nuestro país por parte de Guatemala, Honduras y El Salvador, cuyos líderes están haciendo poco para evitar que un gran flujo de personas, incluidos muchos criminales, entren a Estados Unidos a través de México», afirma Trump. La generalización de sus palabras le hacen cometer una injusticia en contra de los gobiernos de esos países. Sin embargo, alimenta lo que en la actualidad realmente le importa: que los republicanos ganen las próximas elecciones y continuar con la mayoría en ambas cámaras. Con ese discurso que pone en contra las cuerdas a México, Trump consolida el mensaje del miedo. Así como ganó en 2016 aprovechando un sentimiento importante de temor y molestia hacia la inmigración ilegal, lo cierto es que el problema, lejos de solucionarse, sigue generando opinión pública. A pesar de las amenazas de Trump, a pesar de que el Gobierno mexicano ha asegurado que hará todo lo posible por frenar la caravana de hondureños que inició días atrás, todo parece indicar que el conflicto podría agravarse. La decisión de llegar a la tierra del tío Sam por parte de estos emigrantes está tomada. Y mientras eso ocurra, Trump tendrá material para consolidar sus argumentos. A pesar del tono incendiario por parte del magnate presidente, los gobiernos de Guatemala y Honduras se han comunicado para tratar el tema. Incluso, el propio presidente guatemalteco, Jimmy Morales, ha asegurado haber conversado con el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence. Sin embargo, queda claro que la diplomacia no sobrepasará la campaña electoral. Mientras Pence juega al entendimiento, Trump no hará otra cosa que fomentar el mismo discurso polarizante que le permita asegurar su base electoral de cara al 6 de noviembre. Si algo queda claro es que la diplomacia no conquista votos, el discurso amenazante y noticioso de Trump, sí lo hace; de hecho, ya lo demostró.
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