Turquía
Los misteriosos problemas de salud obligan a Erdogan a suspender la campaña electoral
El mandatario, de 69 años, interrumpió en directo una entrevista televisiva el pasado martes al sentirse indispuesto por un problema estomacal y ha cancelado todos sus actos electores
A algo menos de tres semanas para los comicios presidenciales y parlamentarios, el jefe del Estado turco y candidato a la reelección Recep Tayyip Erdogan ha suspendido –por el momento de manera temporal- la campaña electoral por razones de salud. El mandatario se vio obligado a interrumpir en seco en directo una entrevista televisiva al sentirse indispuesto por aparentes problemas estomacales el pasado martes. Tras veinte minutos de ausencia, rostro lívido y tono de voz menos vigoroso del habitual, Erdogan regresó al set televisivo para concluir la entrevista.
“Hoy descansaré siguiendo el consejo de mis doctores”, escribió el veterano mandatario en su perfil de Twitter el miércoles, cuando ya hubo de suspender tres actos públicos vinculados a la campaña de la doble cita electoral.
El jefe del Estado turco, de 69 años, participó ayer junto al presidente ruso Vladimir Putin en la inauguración de las instalaciones nucleares de Akkuyu –situadas cerca de la costa mediterránea, son propiedad y están operadas por el gigante energético ruso Rosatom- por videoconferencia. “Nuestro país se ha alzado entre la comunidad de naciones gracias a la energía nuclear, aunque con un retraso de 60 años”, aseguró Erdogan.
El propio Putin, con quien Erdogan mantiene desde hace años una fluida relación –Ankara no se ha adherido a las sanciones contra Rusia tras la invasión de Ucrania-, expresó ayer en conversación telefónica para desear al líder del AKP una rápida recuperación, según daban ayer cuenta medios turcos. El mandatario ruso fue más allá en sus elogios al líder turco para afirmar que Moscú “está siempre listo para tener una mano de amistad” a Erdogan y “decirlo de manera directa: tú sabes cómo fijar metas ambiciosas y avanzar con confianza hacia su consecución”.
Asimismo, Erdogan se vio obligado a suspender ayer jueves un acto de campaña en la ciudad de Mersin, en el sur del país, que según su formación, en AKP, será organizado en próximas fechas. El vicepresidente turco, Fuat Oktay, aseveró ayer que Erdogan se encontraba bien. “Estamos en contacto permanente. Ha tenido un pequeño resfriado”, zanjó.
En la víspera, el miércoles, el jefe de comunicación de Erdogan, Fahrettin Altun, se vio obligado a salir al pasado para negar –mostrando capturas de pantallas de medios de otros países- que el presidente hubiera sufrido un ataque cardíaco y que hubiera sido hospitalizado. “Rechazamos de manera categórica afirmaciones sin base en relación con la salud del presidente Erdogan”, aseguró Altun.
Además, el ministro de Sanidad, Fahrettin Koca, insistió en que el presidente se encuentra bien y que la razón de su indisposición el pasado martes fue una “gastroenteritis infecciosa”, así como se atrevió a aventurar que el presidente retomará su intensa campaña de actos públicos cuanto antes. Por su parte, el principal rival de Erdogan en la batalla por la jefatura del Estado, Kemal Kilicdaroglu, de 74 años, fue uno de los primeros en desear públicamente al presidente una rápida recuperación.
Durante años se ha especulado con los diversos problemas de salud del mandatario turco –sobre todo desde que fuera sometido a dos intervenciones quirúrgicas gastrointestinales en 2011 y 2012. También en 2012 se extendió el rumor de que Erdogan padecía un cáncer avanzado y que le quedaban dos años de vida. Lo cierto es que nunca antes como el pasado martes Erdogan había manifestado en público un signo de debilidad tal. “Ha sido una infección estomacal seria”, aseguró, lacónico, el presidente turco, al retomar la entrevista televisiva el pasado martes. Por lo pronto el mandatario tendrá que ausentarse temporalmente de los actos de masas, uno de sus territorios predilectos, fuente de duros ataques verbales a sus rivales tanto domésticos como exteriores.
Las urnas –y la salud- dictarán pronto sentencia en torno al futuro político de Erdogan, nombrado hace veinte años primer ministro de Turquía para forjar una manera de gobernar marcada por la ambición y el autoritarismo. Desde 2014, el líder del islamista AKP es presidente de la República turca, un cargo que dejó de ser como hasta entonces simbólico para concentrar las atribuciones propias de un régimen presidencialista tras la reforma de 2017. Su vida política había comenzado años atrás, cuando entre 1994 y 1998 fue alcalde de Estambul.
El mayor test para Erdogan en dos décadas
El del próximo 14 de mayo será el mayor test electoral para el presidente Erdogan tras dos décadas en el poder en un momento en que Turquía sufre los estragos de una importante crisis económica, entre ellos una inflación desbocada. Además, la popularidad del veterano líder del AKP se ha resentido de manera considerable después del terremoto registrado en el sur del país el pasado 6 de febrero, una tragedia que costó la vida a más de 50.000 ciudadanos turcos y dejó sin hogar a más de millón y medio de personas. El principal rival de Erdogan es el líder del CHP, el secular y socialdemócrata Kemal Kilicdaroglu, que concurre con el apoyo de un grupo de seis formaciones políticas. Los sondeos y los especialistas auguran máxima igualdad en las urnas entre ambos candidatos.
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