Israel abate al jefe militar de Hizbulá en Damasco

Hizbulá respondió ayer con un ataque de morteros en suelo israelí tras darse a conocer la muerte de Samir Kuntar, un cabecilla de Hezbolá, abatido presuntamente por un misil israelí en un ataque en Jaramana, suburbios de Damasco. En cambio, en Israel la noticia de su asesinato fue motivo de celebración. «Se ha hecho justicia histórica», manifestó Samadar Haran tras enterarse de la eliminación de Kuntar, quien asesinó a su marido y a su hija en un ataque terrorista en 1979, en la ciudad de Naharía, en el norte de Israel. El miliciano libanés abatido se unió al Frente de Liberación Palestina y se infiltró con un grupo de terroristas en Israel en una embarcación neumática hasta las playas de Naharía. Tres hombres armados y Kuntar, que a penas tenia dieciséis años, asesinaron al policía Eliyahu Shahar. Luego irrumpieron en la casa de la familia Haran, donde tomaron a Dani, el marido de Samadar y a su hija de cuatro años, Einat, como rehenes y después los dispararon.

Según medios árabes y rusos, la Fuerza Aérea de Israel realizó una operación en un suburbio en el este de Damasco, donde fue atacado un edificio, dejando varios muertos y heridos. En el ataque ocurrido la madrugada del sábado habría muerto Kuntar. Sin embargo, el Ejército israelí no confirmó ni desmintió el ataque. La televisión Al Manar, voz de propaganda de la milicia Hizbolá, señaló que el líder guerrillero, considerado un «héroe» en el país de los cedros, será enterrado mañana en un cementerio chií en su principal bastión de Dahiya, en los suburbios del sur de Beirut. Hizbulá (Partido de Dios, en árabe), que lloró su muerte, también abrió una sala de condolencias para recibir al público. El ministro de Información sirio, Omran al Zubi, dijo que las autoridades estaban investigando el ataque, pero señaló con el dedo hacia Israel. «Quien saca mayor partido del asesinato de Kuntar es el enemigo sionista a quien durante mucho tiempo hemos conocido por estos ataques cobardes», espetó Zubi.