Donald Trump

Objetivo: fulminar a Donald Trump

Líderes republicanos se reúnen en secreto para trazar un plan y evitar que el millonario logre la nominación para las presidenciales de EE UU

Donald Trump participa en un acto de campaña en la Universidad de Carolina del Sur, hoy, 12 de diciembre.
Donald Trump participa en un acto de campaña en la Universidad de Carolina del Sur, hoy, 12 de diciembre.larazon

Varios líderes republicanos se reúnen en secreto para trazar un plan y evitar que el millonario logre la nominación para las presidenciales de EE UU.

Saca pecho. Está en todas partes. Es el candidato ubicuo, mientras su equipo de campaña acuerda cada día entrevistas con las grandes cadenas de televisión de Estados Unidos. Todos los presentadores quieren hablar con él. Justo como le gusta a Donald Trump.

Su propuesta del lunes, realizada en un acto en Carolina del Sur, de que hay que prohibir la entrada al país a los musulmanes hasta que no se esclarezca el ataque terrorista de San Bernardino (California) es todavía materia de artículos, columnas de opinión y reportajes. Incluso las encuestas, hechas a raíz de este comentario, revelan que un tercio del electorado conservador está de acuerdo con esta idea.

En cambio, parece que los líderes del Partido Republicano han tenido más que suficiente con el "show de Trump". Una vez que ha quedado claro que no funciona su estrategia de esperar a que el candidato republicano caiga por sí solo, decidieron convocar una cena en un restaurante discreto cerca del Capitolio. Acudieron más de 20 comensales. Entre ellos, el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, y el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, de Kentucky. En cambio, no fueron ellos los que hablaron. Escucharon a los analistas y otros figuras que trabajan mejor en la sombra del partido. Entre bambalinas. Sin que nadie les vea.

El mensaje estaba claro: hay que prepararse contra Trump. Hay que trazar una hoja de ruta en caso de que el hombre de negocios se presente en la Convención Republicano de Cleveland (Ohio) en julio con un importante número de delegados, que con su voto le puedan dar la nominación. . Necesitan una alternativa. Parece que ya ha llegado la hora de preocuparse por ese incómodo contrincante.

McConnell y Priebus apenas pronunciaron palabra. Saben que deben ser neutrales durante el proceso de primarias y respaldar al candidato que elijan los votantes. O, al menos, parecerlo. Todavía así, al final de la cena, reconocieron que deben prepararse para una "convención bloqueada". Y lo harán institucionalmente y políticamente.

De esta forma, los asistentes abandonaron la mesa con el compromiso de que empezarán a buscar información sobre cada estado y la convención de 1976, la última en la que el GOP (siglas como se conoce al Partido Republicano en Estados Unidos) se reunión sin un claro candidato.

Así las cosas, en los próximos días se empezará a hablar de una "brokered convention"(convención negociada, en español), en referencia a cuando el candidato no obtiene los suficientes votos y se elige a un nominado después de una intensa negociación.

Queda clara la escisión entre el Partido Republicano y Donald Trump. El hombre de negocios lo sabe. Por eso, ha repetido en diferentes ocasiones que si la agrupación no le respalda, se presentará como candidato independiente. El neurocirujano Ben Carson, arriba junto con Trump en las encuestas, también lo sabe. Por ello, ha intentado amenazar a la agrupación con que también se presentaría sin el respaldo del GOP.

Todo esto puede beneficiar al candidato del "establishment", el ex gobernador Jeb Bush, al que se considera único capaz de vencer a Hillary Clinton en las elecciones presidenciales por su conocido apellido, la estructura de su familia y su tono moderado. Todavía así, tiene que convencer al partido, donde no ha gustado su incapacidad de liderar en las encuestas y ser él quien hubiese puesto fin al “show de Trump”.