Turquía

Ocaso de la modernidad

Análisis. El atentado en Turquía también muestra el creciente malestar de los islamistas turcos ante el Estado laico

La Razón
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–¿El ataque a una discoteca en Estambul es la respuesta del Estado Islámico a la participación militar turca en Siria?

–Turquía ha permanecido al margen del conflicto sirio hasta hace unos meses. Hasta entonces, había sido territorio de paso para los combatientes extranjeros que acudían a Siria y para el envío de armas. Desde el momento en que se ha involucrado más en el conflicto sirio, ha quedado expuesta a la venganza del Estado Islámico y de las fuerzas kurdas, enfrentadas con las autoridades de Ankara. También hay que calibrar el hecho de que este atentado en Estambul puede ser el resultado del malestar de los conservadores musulmanes turcos. Fue un ataque contra un club nocturno, donde se celebraba una fiesta no musulmana, con alcohol. Y en Turquía hay gente que se siente molesta con eso.

–¿Debilita esta situación de inestabilidad constante a Erdogan como presidente?

–Erdogan se está beneficiando de esta situación de violencia en el sentido de que su pueblo está hoy más nervioso y asustado, y esto proporciona al presidente más argumentos para actuar de una forma más autoritaria.

–¿Ha fracasado la política de seguridad del Gobierno turco tras la ola de atentados?

–Cabe recordar que el terrorismo no es un fenómeno nuevo en Estambul, sino que forma parte de la política de Oriente Medio desde hace mucho tiempo. Ha habido momentos más tranquilos en los que la presión ha decrecido. Los terroristas, la parte más débil, optan por acciones violentas como actos de venganza contras las autoridades. Algunos logran reemplazar a las autoridades y otros simplemente difunden en el exterior publicidad de sus causas.

–¿Cuál es la amenaza más grave para el Gobierno turco, el Estado Islámico o los grupos armados kurdos?

–La amenaza interna más grave para Erdogan son los kurdos, son fuerzas que quieren la independencia y que luchan por una mayor autonomía ante Ankara. El Estado Islámico supone un fenómeno conocido en la historia de la región, con la idea del califato. No durará, pero lo que sí durará entre los conservadores islámicos es la idea de que su forma de vida se ha visto amenazada por influencias modernas e imperialistas, y en este sentido están dispuestos a contraatacar. Ante esto, la única respuesta es el refuerzo de la política de seguridad para anticipar ataques, pero Turquía seguirá teniendo desafíos porque la región está sumida en el desorden.

–Turquía culpa a EE UU de ayudar y financiar a grupos terroristas en Siria...

–No. EE UU trató de ayudar a la oposición y a los islamistas moderados sin éxito. Pero Estados Unidos no ha apoyado la violencia ni a los responsables de los atentados en Turquía.

–¿Hasta qué punto las políticas de Erdogan han contribuido a dividir al país?

–Es difícil hablar de esto si no se está en Turquía. En los últimos meses, después del fallido golpe de Estado de julio del año pasado, Erdogan ha llevado a cabo una purga, con arrestos incluidos, de miles de funcionarios. Esta estrategia se ve como la particular manera del presidente de conseguir una mayor centralización del poder en torno a su persona. Esto ha dividido a la gente más aún.

*Fue embajador de EE UU en Arabia Saudí y es experto en el mundo árabe