Geoestrategia

La OTAN pone un pie en Japón ante el ascenso militar de China

El gobierno nipón negocia con la Alianza Atlántica abrir en su territorio una oficina de enlace

Maniobras en la isla de Okinawa
Maniobras en la isla de Okinawalarazon

El pasado día 24 de abril una delegación militar de la OTAN, encabezada por el teniente general Francesco Diella, viajó a Japón para reunirse con altos representantes militares con el objetivo de discutir la cooperación en materia de seguridad y fomentar una asociación más fuerte. Esta reunión parece haber dado sus frutos. El gobierno nipón planea abrir una oficina de enlace de la OTAN en su territorio, que sería la primera de este tipo en Asia. Así lo ha confirmado el ministro de Exteriores nipón, Yoshimasa Hayashi, en una entrevista con la cadena CNN.

Con este movimiento, la organización militar con sede en Bruselas quiere fortalecer la recopilación de inteligencia en Asia en un momento de grandes cambios con el ascenso militar de China en la región. Japón ha estado cooperando con la OTAN desde principios de la década de 1990, pero en los últimos tiempos el país nipón y la Alianza Atlántica han fortalecido más aún sus lazos tras el ascenso militar de China. De hecho, el primer ministro Fumio Kishida, se convirtió en el primer jefe de gobierno nipón en asistir a una cumbre de la OTAN en junio de 2022, en Madrid.

Es seguro que este acuerdo no gustará nada a China, que en el pasado advirtió a la alianza occidental para que no extienda "sus tentáculos en Asia-Pacífico", una estrategia que según Pekín pretende exportar la mentalidad de la Guerra Fría y replicar la confrontación entre bloques".

"Ya estamos en conversaciones, pero aún no se han cerrado los detalles", dijo sobre la oficina de enlace el ministro japonés Hayashi, quien calificó la invasión rusa de Ucrania "como un evento con repercusiones mucho más allá de las fronteras de Europa, que ha obligado a Japón a repensar la seguridad regional". "La razón por la que estamos discutiendo sobre esto es que, desde la agresión de Rusia a Ucrania, el mundo se ha vuelto más inestable", precisó el diplomático a la cadena estadounidense.

Este paso no implica una futura integración de Japón en la OTAN, concebida esencialmente como una organización de tratados para los países de la región del Atlántico Norte. El archipiélago japonés, ubicado en el Pacífico, no es susceptible de ser elegido para unirse a la estructura militar por su ubicación geográfica. Además, la Constitución del país asiático tiene un carácter pacifista desde el final de la Segunda Guerra Mundial y sobre el papel no posee fuerzas armadas, si bien sí que tiene actualmente las llamadas Fuerzas de Autodefensa. Hasta hace poco, estas fuerzas no podían intervenir en el extranjero, lo que contraviene el principio de mutuo ayuda implícito en el tratado de la organización del Atlántico Norte.

Aunque Japón no puede integrarse en la OTAN, su territorio acoge una amplia presencia de tropas estadounidenses desde 1945. La mayor parte del ejército de EEUU en el país se encuentra en Okinawa, considerado por Washington un punto estratégico en la respuesta inmediata ante cualquier contingencia en la península de Corea y en el estrecho de Taiwán.

Tras la invasión rusa, Finlandia y Suecia, hasta ahora países no alineados, han dado un paso al frente para sumarse a la Alianza Atlántica para buscar protección dentro del paraguas de la organización militar más grande del mundo. De momento solo se ha integrado Finlandia mientras Suecia espera aún lograr el visto bueno de Turquía, uno de los miembros de la alianza que ha vetado su integración.

El ministro Hayashi puntualizó que la apertura de una oficina de la OTAN no es ningún mensaje "a ningún país específico", en alusión a China o Corea del Norte, países con los que las relaciones se han tensado en los últimos meses. Pero si que matizó que el contexto de seguridad en el continente asiático es "cada vez más grave y también complejo", y destacó a China como "un mayor desafío" para Japón.

También señaló a Rusia como vecino de Japón y la amenaza de una prueba nuclear de Corea del Norte, después de meses de advertencias de los observadores de que hay una actividad bélica renovada en ese país.

Japón dio un volantazo hace unos meses a su tradición pacifista inaugurada a finales de los años cuarenta cuando decidió cambiar suestrategia nacional de defensa con la publicación de tres documentos estratégicos para abordar los retos de seguridad en la región: la Estrategia de Seguridad Nacional (NSS), la Estrategia de Defensa Nacional y el Programa de Refuerzo de la Defensa. El primer ministro Fumio Kishida lanzó así una consistente señal de que Japón es un aliado de seguridad en el Indo-Pacífico con el que Europa puede contar. En esta línea se inscribiría el acercamiento con la OTAN de esta semana.

Japón ha ocupado las primeras posiciones del escenario internacional. El 1 de enero asumió la presidencia del G7 y se incorporó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como miembro no permanente durante los próximos dos años. Ahora, coquetea con la OTAN, a lo que su ministro de Exteriores trata de quitar hierro con este comentario: "No estamos ofendiendo a nadie, nos estamos defendiendo de cualquier tipo de interferencia e inquietudes y, en algunos casos, amenazas".