Guerra de Ucrania
«Es poco probable que el asalto a Bélgorod se llevara a cabo sin la participación de Ucrania»
El investigador del Center for European Policy Analysis (CEPA), Ivan Fomin, analiza la incursión de las milicias proucranianas en territorio ruso y sus implicaciones para el Kremlin
El Kremlin aún celebraba la caída de Bajmut en manos del Grupo Wagner, el primer avance tangible en meses de la denominada «operación militar especial», cuando las milicias proucranianas cruzaron la divisoria y ganaron posiciones en la región fronteriza de Bélgorod, pillando a contrapié a las fuerzas de seguridad rusas. Cinco días después de la incursión, el escenario es incierto. Mientras el Ministerio Defensa ruso asegura haber expulsado de vuelta a Ucrania a los «terroristas», los líderes de estos grupos alzados en armas contra el presidente ruso Vladimir Putin presumían de sus conquistas. El investigador del Center for European Policy Analysis (CEPA), Ivan Fomin, despeja las incógnitas de una operación que puede marcar el curso de la guerra.
¿Qué sabemos de estos grupos, tanto del Cuerpo de Voluntarios como de la Legión por la Libertad de Rusia?
Los ciudadanos rusos que luchan por Kyiv tienen orígenes políticos muy diversos, desde anarquistas hasta neonazis. También hay individuos de minorías étnicas de la Federación Rusa que ven su participación en la guerra como parte de una lucha más amplia por la independencia de sus regiones. Así pues, todas estas personas no están unificadas por una ideología única o una visión compartida del futuro de Rusia. Lo que tienen en común es que son radicales que se sienten atraídos por la oportunidad de luchar contra el régimen de Putin.
¿Quiénes componen estas milicias y quiénes son sus líderes?
El Cuerpo Voluntarios Rusos tiene un claro trasfondo ideológico radical de derechas. Promueve el etnonacionalismo ruso, contraponiéndolo al “cornudo multinacional” de la Federación Rusa. El fundador del cuerpo, Denis Kapustin, también conocido como Denis Nikitin, es un nativo ruso que vivió durante algún tiempo en Alemania. Fue reconocido por la policía alemana como una figura muy influyente en la comunidad neonazi. En cuanto a la Legión Rusa de la Libertad, sigue siendo incierto si existe realmente o es una invención de la inteligencia ucraniana. Si existe, el radicalismo de derechas parece ser también un elemento destacado, si no definitorio, del mismo. Así lo sugiere la implicación de un líder conocido como César, vinculado a la organización nacionalista radical de derechas Legión Imperial a principios de la década de 2010. En cuanto a los miembros ordinarios de estos grupos, ni siquiera se puede asegurar que todos ellos sean, de hecho, ciudadanos rusos. El Consejo Cívico, una organización con sede en Polonia, recluta a ciudadanos rusos dispuestos a participar en la guerra del lado de Kyiv. Sin embargo, no está claro si alguna proporción de los implicados en la invasión de Bélgorod fue facilitada por este grupo.
Dicen trabajar bajo las órdenes del alto mando militar ucraniano. ¿Cree que la ofensiva en suelo ruso ha sido ordenada por Kyiv?
Es muy poco probable que la decisión de asaltar la región de Bélgorod se llevara a cabo sin la participación de Ucrania.
¿Cuál puede ser la reacción de Rusia?
Parece que el Kremlin está tratando de restar importancia al asunto. La propaganda oficial no ha ignorado por completo la incursión, presumiblemente para evitar enfurecer aún más a los sectores de la opinión pública rusa que apoyan la guerra, pero intenta no llamar demasiado la atención sobre ella. La incursión podría contribuir a una disminución de la popularidad de Putin entre los que respaldan la invasión. La humillación podría interpretarse como una prueba de su ineficacia e incompetencia. En consecuencia, puede producirse un fortalecimiento de otras figuras políticas, como Yevgeni Prigozhin o Igor Girkin, que parecen abogar por estrategias más asertivas. Al mismo tiempo, es concebible que el Kremlin lo aproveche en su beneficio. Podrían utilizarlo como justificación de la guerra, presentándola como una defensa legítima. El ataque a la región de Bélgorod no es el primero de este tipo. Esto significa que Estados Unidos y otros gobiernos que suministran armas a Ucrania no están presionando a Kyiv para asegurarse de que no se repitan este tipo de acontecimientos, lo que puede dar a Moscú argumentos más sólidos para afirmar que Washington y sus aliados apoyan los ataques en territorio ruso.
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