Autoritarismo

Prosiguen las persecuciones políticas en Guinea Bissau: Bubacar Turé en el punto de mira

El presidente de la Liga Guineana de Derechos Humanos se encuentra actualmente en paradero desconocido; se teme que acabe torturado

(Foto de ARCHIVO) Imagen de archivo del presidente de Guinea Bissau, Umaro Sissoco Embaló Europa Press/Contacto/Li He 05/09/2024 ONLY FOR USE IN SPAIN
El presidente de Guinea Bissau, Sissoco EmbalóCONTACTO vía Europa PressEuropa Press

La comunidad de defensores de derechos humanos en Guinea Bissau está en alerta. Otra vez: este sábado por la mañana, un grupo de policías no identificados irrumpió sin orden judicial en la vivienda de Bubacar Turé, presidente de la Liga Guineana de Derechos Humanos (LGDH), y registraron toda la casa sin el consentimiento de la familia. La organización denuncia que se trata de un nuevo intento del régimen de silenciar voces críticas.

Según un comunicado emitido por la LGDH, al menos seis agentes de policía ingresaron en la residencia de Turé, causando en el proceso un estado de pánico entre los miembros de la familia, incluidos varios menores. Los motivos oficiales de la operación no han sido revelados, lo que ha incrementado la preocupación sobre el posible trasfondo político del suceso. La LGDH responsabiliza directamente al régimen encabezado por Sissoco Embaló de cualquier daño que pueda sufrir su presidente, denunciando una campaña sistemática de intimidación dirigida contra quienes denuncian abusos de poder y violaciones de derechos humanos.

El incidente ocurre apenas días después de que Bubacar Turé realizara duras declaraciones durante un evento público sobre la situación del sistema nacional de salud, en el que también participaba el ministro de Salud. Durante su intervención, Turé denunció presuntas vulneraciones de derechos fundamentales en el ámbito sanitario, entre ellas el deterioro del acceso a tratamientos vitales como la hemodiálisis.

Las afirmaciones más controvertidas fueron las que aseguraban que “todos los pacientes que hasta ahora habían realizado hemodiálisis en el hospital han fallecido”, una declaración que, aunque difícil de verificar y probablemente exagerada, puso en tela de juicio la efectividad de una unidad de hemodiálisis inaugurada hace apenas dos meses con amplia cobertura mediática por parte del propio presidente de la República.

Distintas fuentes locales consideran que estas declaraciones podrían haber sido la gota que colmó el vaso para un gobierno que ya veía en Turé una figura incómoda. Cabe a recordar que la situación de los derechos humanos en Guinea Bissau ha sido objeto de creciente preocupación en los últimos años. Organizaciones internacionales han documentado múltiples episodios de represión, uso excesivo de la fuerza y restricciones a la libertad de prensa y de expresión. La intervención policial en la vivienda de Turé se enmarca, según la LGDH, en esta tendencia alarmante que LA RAZÓN ya ha denunciado en múltiples ocasiones. En definitiva, tal y como indica la organización que preside Touré: “Este acto no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia para acallar las voces críticas y desmantelar el tejido social que lucha por un país más justo y democrático”.

Actualmente se desconoce el paradero de Turé, que no se encontraba en la vivienda en el momento en que se dieron los hechos. Podría estar huido. Podría estar preso. Y son múltiples los casos registrados donde el gobierno bisauguineano ha sometido a sus presos a torturas. Ante la gravedad de los hechos, la Liga Guineana de Derechos Humanos ha hecho un llamado urgente a la comunidad internacional, a organizaciones de derechos humanos y a la opinión pública global para que se mantengan vigilantes y presionen al gobierno de Guinea-Bissau a respetar los principios democráticos y los derechos fundamentales de sus ciudadanos.

Guinea Bissau, un país demasiado pequeño para importar en un mundo donde el foco siempre se dirige a los gigantes, es sin embargo el hogar de un millón y medio de seres humanos. Sufren, sueñan y comen igual. Y desde que comenzó el gobierno de Sissoco Embaló, la degradación política y social de la nación ha sido constante, igual que ha crecido el temor entre las voces disidentes, cada vez más acalladas mediante prácticas como las que se expesan a continuación. Nadie quiere que le tiroteen mientras juega con su nieto en la puerta de su casa, como le ocurrió al poeta y político Agnelo Regalla. Nadie quiere que le propinen una paliza como la que dieron unos hombres encapuchados al periodista Adão Ramalho. Nadie quiere que le violen sus captores, como le ocurrió al activista Filinto Vaz Vieira. Nadie quiere que Bubacar Turé corra la misma suerte.