
Servicio Secreto
Qué ha cambiado en el Servicio Secreto de EE UU un año después del intento de asesinato de Trump
El Congreso emitió 46 recomendaciones para reformar el Servicio Secreto y un año después la agencia ha implementado casi la mitad

Una de las medidas más significativas adoptadas por el Servicio Secreto tras el intento de asesinato contra Donald Trump ha sido establecer con claridad quién debe asumir el control durante los operativos de protección. Entre las 46 propuestas emitidas por el Congreso de EE UU después del incidente, la agencia ha implementado cerca de la mitad, incluyendo una política que designa al jefe del equipo de protección personal como el responsable máximo de la seguridad durante actos públicos. De haberse aplicado esta norma el año pasado, cuando intentaron matar a Trump, el agente Sean M. Curran, quien le salvó la vida, habría sido el responsable del operativo durante el mitin de Pensilvania.
El atentado ocurrido el 13 de julio de 2024, en el que Trump resultó herido en la oreja, un asistente murió y otras dos personas quedaron heridas, marcó el fin de más de cuatro décadas sin que un expresidente o presidente en funciones sufriera un ataque armado. También reveló graves carencias en la operativa del Servicio Secreto y desencadenó una profunda crisis de confianza hacia la agencia encargada de proteger a los líderes estadounidenses.
Las investigaciones posteriores, tanto internas como externas, coincidieron en que hubo errores estratégicos y de comunicación por parte del Servicio Secreto y de las fuerzas locales que colaboraban en la seguridad del evento. Entre los fallos detectados se incluyen falta de coordinación entre equipos, ausencia de un mando unificado, radios defectuosas, planes de seguridad diseñados por separado y patrullajes previos al evento que se realizaron de manera desorganizada.
Apenas 25 minutos antes del ataque, agentes locales ya habían advertido de una persona sospechosa en las inmediaciones. Sin embargo, la información circuló por chats internos sin llegar de forma efectiva al centro de mando. La falta de una red compartida de datos, y de un protocolo claro de respuesta ante este tipo de amenazas, fue determinante para que el atacante pudiera actuar.
Uno de los exdirectores del Servicio Secreto reconoció en el Congreso el fracaso de la organización por no haber anticipado un escenario realista de peligro. "Fue un fallo de imaginación", admitió.
Reformas internas, nuevo liderazgo y más aspirantes
La directora del Servicio Secreto renunció tras ser duramente criticada en una intervención en el Congreso. Desde entonces, Curran, quien le salvó la vida Trump, asumió el cargo de director de la agencia, y bajo su mandato se han iniciado diversas reformas internas, entre ellas la revisión de protocolos, el fortalecimiento del entrenamiento y el rediseño de la estructura de mando en actos públicos.
Sin embargo, persisten desafíos. Un reciente informe indica que los agentes todavía carecen de un sistema centralizado para acceder a las nuevas directrices, lo que puede generar confusión. Además, todavía no hay mecanismos efectivos para compartir información clasificada con otros cuerpos policiales.
En paralelo, el Servicio Secreto ha experimentado un repunte en el interés por formar parte de sus filas. Según datos oficiales, las solicitudes para ingresar aumentaron un 250% entre enero y mayo de 2025 en comparación con el mismo periodo del año anterior. Parte de este impulso se atribuye a el anuncio que forma parte de la campaña de reclutamiento promovida por Curran, dirigido por el cineasta Michael Bay, que se estrenó durante la Super Bowl.
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