Problemas legales de Trump
Queda en libertad a la espera de juicio el extrabajador de Trump que presuntamente ordenó borrar las cámaras de videovigilancia de Mar-a-Lago
El expresidente abona la fianza de 100.000 dólares de Carlos De Oliveira, el administrador de su residencia de Florida
Carlos De Oliveira, administrador de la finca Mar-a-Lago propiedad de Donald Trump, se presentó este lunes ante el tribunal de Miami para que el juez Edwin Torres le informara de sus derechos como acusado penal. El jueves pasado, un gran jurado acusó al trabajador del expresidente de cuatro cargos criminales relacionados con conspiración para obstruir a la justicia, y con realizar declaraciones falsas al FBI en enero durante la investigación por el hallazgo de varios documentos clasificados en la mansión de su jefe.
Durante la audiencia, que ha durado poco más de 10 minutos, De Oliveira se ha declarado inocente. Será procesado el próximo 10 de agosto en Ft. Pierce (Florida), y de momento ha quedado en libertad a la espera de juicio tras pagar una fianza de 100.000 dólares. No puede salir de Florida sin un permiso especial y el juez le ha prohibido que discuta el caso con posibles testigos –incluso le ha facilitado una lista de las personas que debe evitar–, a no ser que sea a través de un abogado. Sus letrados, por cierto, se apuntan a la cuenta de pago de Trump.
El exmandatario asumirá los costes del proceso legal de su subordinado. Es uno más de los muchos gastos que está teniendo el magnate desde que comenzó su cruzada legal. Unas facturas que, según ha revelado el diario estadounidense The New York Times, ha estado asumiendo Political Action Comittee Trump Save America (PAC, por sus siglas en inglés), que se traduce Comité de Acción Política y es una organización que recauda dinero de manera privada para apoyar a su líder. Desde enero, este grupo de apoyo al exmandatario ha gastado más de 40 millones de dólares solo en honorarios legales para proteger a Trump y a muchos de sus asociados. Unos fondos que se han estado recaudando desde que el republicano perdió las elecciones en noviembre del 2020 a base de «donaciones pequeñas» para «combatir el fraude generalizado en la carrera presidencial», anunciaba su equipo en aquel entonces.
Nunca se ha encontrado evidencia de fraude electoral, pero las donaciones han seguido llegando. De hecho, la PAC de Trump desembolsó más de 16 millones de dólares en gastos legales en el 2022, según recogen los registros de la Comisión Federal de Elecciones. Una situación que ha llevado a miembros de su propio partido a criticar el manejo que hace de sus arcas, tachando de «vergonzoso» que se destinen estos fondos a «pagar sus honorarios legales personales», decía hace unos días el exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, que también compite por la nominación republicana.
En previsión de que la cuenta judicial siga aumentando y ante la dificultad cada vez mayor de hacer frente a los continuos gastos, el equipo del exmandatario prepara otro fondo de defensa legal que se llamará Patriot Legal Defense Fund Inc. (Fondo de Defensa Legal Patriota). Un portavoz del equipo de Donald Trump explicó a la cadena estadounidense CNN que el dinero recogido irá destinado a «combatir las acciones atroces de los compinches de Joe Biden y proteger a estas personas inocentes de la ruina financiera» ante el «acoso ilegal» que están sufriendo.
La pregunta que muchos se hacen es hasta dónde llega el culto a Donald Trump, y durante cuánto tiempo más sus fieles seguidores sufragarán las batallas contenciosas del exmandatario en vez donar su dinero a la causa electoral republicano.
La cobertura mediática de esta última audiencia les ha recordado a los estadounidenses, una vez más, que su expresidente enfrenta a tres causas civiles y a dos más penales –con un total de 74 cargos por delitos graves en su contra, a los que potencialmente se pueden sumar dos procesos penales más en Washington y Georgia relacionados con su intento de interferir en las elecciones presidenciales de 2020–. Nada parece hacer mella entre sus fieles seguidores. Trump cuenta con un 54% de apoyo a nivel nacional en las elecciones primarias republicanas y gana de lejos a todos sus competidores juntos, según una encuesta de The New York Times junto con Sienna College. En los últimos días, el apoyo al que siempre ha sido su principal rival, el gobernador de Florida Ron DeSantis, ha caído a un 17% en las primarias a nivel nacional –ahora está 37 puntos por detrás de Trump–. Nadie le hace sombra al expresidente, y según recuerda hoy The Times, hasta ahora «ningún candidato que aventajaba a su rival más cercano por al menos 20 puntos en esta etapa ha perdido jamás una nominación partidaria».
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