Estados Unidos
Rebelión verde contra la Casa Blanca
Las grandes corporaciones y las principales ciudades norteamericanas se levantan contra Trump. Una marea ciudadana inunda las calles en favor de la lucha contra el cambio climático
Las grandes corporaciones y las principales ciudades norteamericanas se levantan contra Trump. Una marea ciudadana inunda las calles en favor de la lucha contra el cambio climático.
Prácticamente se daba por hecho que el presidente Donald Trump decidiría salirse del Acuerdo de París, pero no por ello las manifestaciones en contra fueron menores. Desde diferentes sectores sociales ayer se protestó por esta decisión del mandatario que aleja a EE UU de la lucha contra el cambio climático y potencia el aislamiento de la nación que hasta ahora lideraba el mundo libre.
Treinta alcaldes demócratas, tres gobernadores también del partido del ex presidente Barack Obama, decenas de congresistas, 80 presidentes de universidades y un centenar de empresarios anunciaron que plantearán ante Naciones Unidas su posible entrada en este acuerdo.
De momento, el ex alcalde de Nueva York, el multimillonario Michael Bloomberg, el cual se presentó a las elecciones por la agrupación conservadora, se ha convertido en uno de los portavoces de este colectivo crítico, surgido de forma espontánea tras el portazo de Trump al acuerdo, firmado por todos los miembros de la comunidad internacional, excepto Nicaragua y Siria. «Vamos a hacer todo lo que Estados Unidos hubiera hecho si se hubiese mantenido el compromiso», reconoció. Además, explicó que las ciudades, los estados y las empresas pueden conseguir los compromisos firmados por Obama el año pasado.Sin embargo, la ex secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Christiana Figueres, reconoció que no existe un mecanismo formal para que entidades, que no sean naciones, formen parte de manera completa del Acuerdo de París.
Todavía, se desconoce cómo podrán adherirse al compromiso con Naciones Unidas. En cambio, las ciudades y los estados pueden reducir las emisiones de muchas formas, entre las que destacan negociar los contratos del suministro de energías renovables o mediante la mejora del tratamiento del agua residual. Además, las compañías multinacionales tendrán que cumplir con leyes más estrictas de emisión de gases efecto invernadero sin importar el lugar donde tengan sus sedes. Por ejemplo, General Motors y Ford Motor se verá obligada a fabricar coches que cumplan las normas de la Unión Europea, Japón, China o California. Además de políticos y empresarios los ciudadanos salieron a las calles a clamar contra Trump. En Nueva York y en Washington (frente a la Casa Blanca) se produjeron varias concentraciones de organizaciones ecologistas y anunciaron futuras movilizaciones por todo el país.
Trump también obtuvo una contundente respuesta por parte del alcalde de Pittsburgh, ciudad de Pensilvania a la que el magnate se refirió durante su discurso desde la Casa Blanca al decir que «fui elegido para representar a los ciudadanos de Pittsburg, no de París». «Os aseguro que seguiré las directrices del Acuerdo de París por nuestra gente, por nuestra economía y por nuestro futuro», aseveró el regidor de esta localidad, conocida en el pasado como la «ciudad del acero» por su industria siderúrgica, ahora venida a menos.
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