Rumanía

Clamor en Rumanía: 19 horas en acudir a la llamada de una adolescente que fue asesinada

Conmoción entre los rumanos mientras el ministro del Interior presenta su dimisión por el escándalo

Una niña en una protesta de mujeres contras las autoridades rumanas por el asesinado de una menor/EFE
Una niña en una protesta de mujeres contras las autoridades rumanas por el asesinado de una menor/EFElarazon

Conmoción entre los rumanos mientras el ministro del Interior presenta su dimisión por el escándalo

La Policía rumana trata de resolver uno de los peores casos de asesinato cometidos en el país al mismo tiempo que busca recobrar su credibilidad. Miles de personas se lanzaron a las calles de Bucarest el sábado, indignados con la ineptitud del equipo policial. Exigen que se depuren responsabilidades en los crímenes de Caracal, localidad ubicada al sur de Rumanía. Dos jóvenes fueron secuestradas, violadas y asesinadas por Gheorghe Dinca, autor confeso de los crímenes. Según las primeras investigaciones, Dinca habría disuelto en ácido y quemado los cuerpos de ambas en su casa.

La primera de las víctimas es Luiza Melencu, que desapareció a mediados de abril. Salió de su casa para retirar dinero de un cajero automático que le había enviado de su madre, que trabajaba en Reino Unido. Luiza, de 18 años, vivía con sus abuelos, quienes denunciaron su desaparición ante las autoridades el mismo día que no volvió a casa. «Es mayor de edad, podría haberse ido con su novio» fue la respuesta de la Policía local cuando su familia acudió a ellos pidiendo ayuda.

Alexandra Macesanu desapareció el 24 de julio mientras hacía autostop para volver a su casa. Sus padres, al ver que no volvía a la hora acordada, acudieron a la Policía. Un día más tarde, la joven de 15 años llamó tres veces al número de emergencias dando pistas de su localización y diciendo que había sido secuestrada y violada. En base a la llamada al 112, los empleados del Servicio Especial de Telecomunicaciones proporcionaron a la Policía tres direcciones, pero los agentes no pudieron dar con la joven.

Finalmente, el viernes, a las cuatro de la mañana, la Policía cercó la casa del principal sospechoso, un hombre de 65 años, que tenía una propiedad en la localidad de Caracal. Dos horas después, los agentes entraron y se llevaron a George Dinca a comisaría. No confesó ser el autor de los crímenes hasta el domingo por la mañana, cuando los agentes encontraron restos humanos que coinciden con el ADN de las desaparecidas.

Tras la confesión, la Policía encontró restos humanos carbonizados en un tambor metálico en el jardín de la casa del sospechoso. Según la Fiscalía, los agentes encontraron prendas que pertenecían a las dos jóvenes. También se descubrieron fragmentos de huesos, así como bolsas de carne en el refrigerador, que se supone son humanas. Según las primeras investigaciones, el asesino cortó los cuerpos y los disolvió en ácido. El sospechoso está casado y tiene cuatro hijos. Su familia vive en Italia desde hace tres años. La Fiscalía pedirá cadena perpetua.

Los agentes empezaron a registrar hasta tres edificios, antes de encontrar a Dinca, doce horas después de la primera llamada de Alexandra, para después solicitar una orden de registro que no se requiere en casos de emergencias. Esperaron al amanecer para ingresar a la casa del asesino; 19 horas después de la última comunicación de la joven de 15 años con los servicios de emergencias. Mientras, los oficiales de policía y el Servicio Especial de Telecomunicaciones se acusan mutuamente del tiempo perdido para encontrar a Alexandra.

Los funcionarios de la Policía rumana afirman que los especialistas del STS no pudieron identificar con precisión el lugar desde el que se hizo la llamada telefónica y fueron enviados a tres direcciones erróneas. El jefe del servicio del 112, Sorinel Vasilca, aseguró que los agentes siguieron un hilo de investigación totalmente diferente a la información proporcionada durante la llamada de Alexandra. Vasilca dimitió ayer en medio de la polémica. También se cuestiona la inacción policial con el principal acusado, ya que había sido ingresado hasta en diez ocasiones en un hospital psiquiátrico y tenía antecedentes por haber golpeado a su esposa.

El ministro del interior, Nicolae Moga, anunció el viernes que había destituido al jefe de la Policía, Ioan Buda, y a otros cuatro funcionarios locales más. Moga también se vio obligado a dimitir ayer martes al saberse que los agentes retirados a su cargo se enfrentan a una investigación oficial por negligencia.

Las llamadas de la joven de 15 años incluso se han reproducido en sesión plenaria en Bucarest frente a los parlamentarios, que han filtrado el sonido a los medios de comunicación. En el audio se puede escuchar a Alexandra pidiendo ayuda: «Estoy secuestrada ¿alguien me puede ayudar?».