
Defensa
Rumanía cierra la 'compra' de 18 cazas F-16 neerlandeses por un euro
Esta simbólica compra esconde la millonaria operación de Rumanía para adiestrar en su territorio tanto a sus pilotos como a los de Ucrania

En el sureste de Rumanía, a un paso del Mar Negro, una base aérea se ha convertido en un enclave de alto valor estratégico para la OTAN. Se trata de la base de Fetești, que desde hace poco alberga el nuevo Centro Europeo de Entrenamiento de F-16 (EFTC), una instalación cuya importancia en el flanco oriental de la Alianza Atlántica es fundamental. Su misión es doble: adiestrar a los pilotos rumanos y, de forma prioritaria, preparar a los aviadores que libran la batalla en el frente ucraniano.
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La principal razón de ser de este centro es formar a los pilotos ucranianos que se pondrán a los mandos de los cazas F-16 prometidos por varios países occidentales. Una coalición formada por los Países Bajos, Bélgica, Dinamarca y Noruega se ha comprometido a entregar hasta 87 de estos aparatos a Kiev, por lo que asegurar una instrucción rápida y eficaz es un paso indispensable para decantar la balanza en el conflicto.
En este complejo engranaje de cooperación internacional, cada actor desempeña un papel crucial. Mientras Rumanía pone a disposición la infraestructura, los Países Bajos han suministrado los aviones de combate, aparatos que están siendo reemplazados en su fuerza aérea por los más modernos F-35A. Por su parte, un gigante de la defensa estadounidense, Lockheed Martin, se encarga de los instructores y el mantenimiento, tal y como informa el medio The War Zone.
Un acuerdo con letra pequeña para Rumanía
La llegada de los 18 cazas neerlandeses a la base rumana se formalizó a través de un acuerdo que, a primera vista, podría parecer casi un regalo. La operación se cerró por el precio testimonial de un euro, una cifra simbólica que esconde una realidad económica mucho más pragmática y que demuestra que en la geopolítica nada es gratuito.
No obstante, la letra pequeña del contrato eleva la factura final hasta los 21 millones de euros en concepto de IVA. Esta adquisición se suma a otras compras recientes del gobierno rumano, como los 32 cazas F-16 a Noruega o los 17 a Portugal. Toda esta flota servirá como una solución de transición para modernizar su fuerza aérea hasta la esperada incorporación del caza de quinta generación F-35, un salto tecnológico previsto para después de 2030. Este movimiento estratégico sitúa a Rumanía en la línea de otros países europeos que también apuestan por este caza, como es el caso de la República Checa, que busca reforzar su poder aéreo con el F-35.
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