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Estados desunidos por el voto protesta

El descontento ciudadano marca el resultado en Nuevo Hampshire, donde arrasan el republicano Trump y el demócrata Sanders

Manifestantes protestan durante un evento de campaña del precandidato presidencial republicano Donald Trump en Manchester (Nuevo Hampshire)
Manifestantes protestan durante un evento de campaña del precandidato presidencial republicano Donald Trump en Manchester (Nuevo Hampshire)larazon

Los precandidatos republicanos y demócratas ya tienen la vista puesta en las próximas primarias de Nevada y Carolina del Sur.

¿Cuánto puede prolongarse una ola? Ayer las del hombre de negocios Donald Trump y el senador de Bernie Sanders demostraron, al menos de momento, que se han llevado por delante el «establishment» de sus respectivos partidos. Todo gracias a que sus mensajes han convencido al «voto del enfado», harto de la inoperancia de Washington. No sirvió de nada que los políticos criticasen a Trump en Nuevo Hampshire. Al contrario, esta estrategia le dio al magnate más votos de los que contaba en un principio.

La jornada de ayer se dedicó a depurar errores y preparar las tácticas electorales tras las primeras primarias. ¿Cómo prepararse para las siguientes contiendas? El multimillonario había quedado el primero en la batalla republicana, con el 35,3%. Sorprendió que también se decantasen por Trump moderados, pues confían en sus capacidades como gestor. Incluso hubo votantes en Nuevo Hampshire que dudaron hasta el último momento entre él y Sanders, precisamente los dos extremos del abanico ideológico. Pero es que dicen lo que piensan y el estadounidense medio está cansado de promesas incumplidas.

A Trump le siguió el gobernador de Ohio, John Kasich, con el 15,8%, quien se convirtió en la sorpresa por el pragmatismo del que hace gala. Después vinieron el senador Ted Cruz, con el 11,7% del respaldo electoral y el ex gobernador de Florida Jeb Bush, con el 11%, cuyo cuarto puesto le ha servido para mantenerse en la carrera. Bush superó al senador Marco Rubio, que quedó en quinto lugar con el 10,5% de los votos, pues no supo aprovechar el impulso ganado en Iowa.

En el Partido Demócrata, el senador de Vermont, Bernie Sanders aplastó a la ex secretaria de Estado Hillary Clinton. Obtuvo el 60% de apoyos, mientras que Clinton sólo acaparó el 38,3%. Su victoria resonó tanto que Hillary optó por felicitarle por la victoria inmediatamente después de que cerrasen los centros electorales.

Trump concedió ayer entrevistas a todas las cadenas de televisión, mientras que Sanders viajó a Harlem, el corazón de la América Negra de EE UU, para verse con el reverendo Al Sharpton, cuyo apoyo podría relanzar su candidatura en el Partido Demócrata. La visita estuvo destinada a recabar apoyos entre los afroamericanos de Carolina del Sur, que votan el 20 de febrero. El perfil del votante de Sanders es el de jóvenes y mujeres blancas. Precisamente, es en los afroamericanos en los que confía Clinton para ganar en este Estado. Aunque Sanders no se da por vencido y ayer aprovechó su «momentum» para destacar que él ha ayudado mucho más a la comunidad que la ex primera dama. Lo cierto es que los mensajes del senador de Vermont contra Wall Street y las promesas de una revolución política con una sanidad y una universidad públicas han calado entre los votantes cansados de las estratagemas de Washington.

Dentro del Partido Republicano, hubo muchos perdedores. El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, anunció ayer su decisión de abandonar la carrera presidencial tras quedar en sexto lugar. Asimismo, la empresaria Carly Fiorina decidió ayer dejar su candidatura. Los conservadores se enfrentarán en Carolina del Sur el próximo 20 de febrero. Allí, tanto Cruz como Rubio parten con ventaja debido a la importancia del voto evangélico. Después, afrontarán el «caucus» de Nevada el 23 febrero. Según algunos analistas estadounidenses, Bush pareció coger impulso a pesar de su cuarta posición. «Necesitamos un líder en Washington para solucionar este desastre. No sólo hablar de cómo están las cosas», indicó el ex gobernador de Florida en la cadena NBC.

En el Partido Demócrata, el calendario es justo el contrario: «caucus» en Nevada el 20 de febrero y primarias en Carolina del Sur el 27 de febrero, donde la mayoría del electorado tradicional es afroamericano. Su decisión será determinante para la candidatura de Hillary Clinton, ya que, antes de que apareciera Bernie Sanders, respaldaba en masa a la ex secretaria de Estado.

Tal y como está el panorama, Trump sale reforzado de cara a las próximas contiendas electorales. Se espera que el magnate inmobiliario siga compitiendo con un gran número de políticos, lo que contribuye a dividir los votos conservadores. Una de las grandes pruebas para Trump tendrá lugar en los Estados del sur. La siguiente fecha clave es el 1 de marzo con el llamado «super Martes», cuando deciden a la vez doce Estados. Tras la cita, se debería tener una idea más concreta de qué candidatos van a pelear por la Casa Blanca en noviembre.