Primarias republicanas

De Santis cambia de estrategia tras su caída en las encuestas

El gobernador de Florida se desmarca de las denuncias de fraude electoral de Trump tras tres años de equidistancia

El gobernador de Florida, Ron DeSantis
El gobernador de Florida, Ron DeSantisEuropa Press/Contacto/Dirk ShaddEuropa Press

Donald Trump insiste desde hace tres años en que le robaron las elecciones presidenciales del 2020. En todo este tiempo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha evitado pronunciarse categóricamente al respecto. En un primer momento insinuó que "no fue una elección perfecta" (en referencia a las medidas implantadas para facilitar al acceso al voto durante la pandemia), pero nunca apoyó ni negó de manera contundente el fraude electoral sin fundamento que defendía Trump. Ahora el escenario ha cambiado, mejor dicho, las encuestas están cambiando. El gobernador floridano ha tenido que modificar su estrategia y acaba de admitir públicamente, por primera vez, que Trump perdió en 2020. Además, cambios de última hora en la estructura de su equipo de campaña apuntan a que el candidato republicano no tiene tan claro que pueda salir vencedor.

En una entrevista emitida el domingo en NBC News, DeSantis contestó a la entrevistadora que ¨por supuesto que perdió¨ Donald Trump las últimas elecciones presidenciales, ¨Joe Biden es el presidente¨, afirmó sin titubeos. Por si a alguien le quedaba alguna duda de su posición, el gobernador floridano también admitió públicamente que las ¨teorías¨ del expresidente y sus asociados tras los comicios fueron ¨infundadas¨ y ¨no resultaron ser ciertas¨. Con esta entrevista, DeSantis se desmarca del todo del que fuera su mentor y quien le ayudó a convertirse en dirigente del llamado estado del sol. Ya no le interesa estar tan cerca políticamente del exmandatario y continuar con la retórica, copiada de Trump, de atacar la actuación de las instituciones estadounidenses y los medios de comunicación.

Los 37 puntos que le lleva de ventaja el exmandatario en las encuestas han obligado al equipo de campaña de DeSantis a replantearse su plan para ganar las primarias republicanas. Sobre todo, después de que su mayor donante, el empresario hotelero Robert Bigelow, anunciara en Reuters la pasada semana que no va a contribuir con más dinero a la campaña del gobernador a menos que atraiga nuevos donantes importantes y adopte un enfoque más moderado, un giro que podría ayudarle a ganar adeptos menos radicales. ¨Los votantes de las primarias de Trump reacios y frustrados con el enfoque en la campaña de 2020 finalmente tienen un hogar¨, aseguró ante un medio local Brian Seitchick, estratega republicano y antiguo miembro parte de la campana de Trump, tras la entrevista de DeSantis.

La respuesta por parte del equipo de Trump no se ha hecho esperar. Su portavoz de campaña, Steve Cheung, ha respondido a los comentarios asegurando que el gobernador de Florida ¨realmente debería dejar de ser el mayor animador de Joe Biden¨. La gran pregunta que se hacen muchos expertos ahora es si realmente este giro de timón resultará efectivo. La teoría de las elecciones robadas sigue teniendo una importante presencia entre los votantes republicanos. Según una encuesta de la agencia de noticias Associated Press junto con NORC, solo un 22% de ellos confía en que en las próximas elecciones los votos se cuenten con precisión.

DeSantis ha aprovechado este momento de cambio de estrategia para reorganizar también a su equipo. La tercera vez que lo reajusta en las últimas semanas. Acaba de reemplazar a su directora de campaña de 2024, Generra Peck, tan solo un mes después de haberle ofrecido el puesto. Ahora quedará en un segundo plano, como estratega principal de la campaña, después de recibir fuertes críticas por parte de los aliados y donantes por haber realizado una mala gestión de fondos que desembocó en cuantiosas pérdidas y el despido de más de un tercio del personal por falta de capital. Peck tiene experiencia, pero quizá no en plazas tan grandes. En el 2022 supervisó la arrolladora reelección de DeSantis como gobernador de Florida, pero a la vista de los resultados no ha sabido gestionar igual de bien su candidatura a las primarias republicanas.

Al frente de la campaña queda ahora James Uthmeier, uno de los asistentes de mayor confianza del gobernador floridano y antiguo trabajador de la administración de Trump. Una buena estrategia, apuntan muchos expertos, si lo que quiere DeSantis es conseguir vencer al exmandatario. Su rival más fuerte con diferencia. Las tres acusaciones penales que enfrenta el exmandatario, curiosamente, lo han empoderado, en su ego y en los sondeos. Un empoderamiento que esta semana podría crecer aún más, porque los fiscales del estado de Georgia, que llevan más de dos años investigando si Trump intentó anular los resultados de las elecciones presidenciales en este territorio, se preparan ya para convertir sus pesquisas en una cuarta acusación que podría llegar tan pronto como esta semana.