Santos purga al Ejército por el espionaje del proceso de paz

Una historia de espías que podría dar al traste con el proceso de Paz. El escándalo estalló después de que la revista «Semana» denunciara que militares colombianos habían interceptado ilegalmente las comunicaciones tanto de delegados gubernamentales como de los miembros de la guerrilla de las FARC en las negociaciones en Cuba. Por lo pronto, ambas partes mueven ficha y las primeras cabezas ruedan. El presidente Juan Manuel Santos reaccionó calificando la situación de «inaceptable» y ordenó una investigación en profundidad. El mandatario también habló de «fuerzas oscuras» opuestas a las negociaciones con la guerrilla y sugirió la posibilidad de «ruedas sueltas» dentro del estamento militar.

Con anterioridad, el ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, anunciaba la destitución del jefe de inteligencia del Ejército y del director de la Central de Inteligencia de la institución, ambos generales. Por su parte, la guerrilla colombiana acusó al ex presidente Álvaro Uribe de estar detrás del supuesto espionaje. También advirtió al Gobierno de que las conversaciones peligran por la vuelta de «la guerra sucia» tras el asesinato de líderes de izquierdas y campesinos que reclaman la devolución de sus tierras.

Uribe, que aspira a ser elegido senador en marzo, es el principal crítico de las negociaciones de paz en Cuba. A través de su cuenta en Twitter, el ex mandatario acusó ayer a Santos de «dar otro golpe de desmotivación» al Ejército al destituir a varios cargos militares «por complacer al terrorismo» de las FARC.

Antes de las elecciones presidenciales de mayo, el posible acuerdo con la narcoguerrilla estará presente en la campaña, aunque seguramente el proceso se alargue por lo menos un año más. Las negociaciones con las FARC suponen la apuesta más arriesgada del presidente y candidato, ya que si las conversaciones se rompiesen antes de los comicios, la popularidad de Santos podría verse seriamente dañada.