Elecciones en Turquía
La oposición acusa de fraude a Erdogan
Observadores internacionales cuestionan el carácter democrático de los comicios presidenciales y legislativos por favorecer al actual presidente
A pesar de que los sondeos lo llegaron a situar por debajo de su principal rival, el ‘sultán’ Recep Tayyip Erdoganse impuso en las elecciones presidenciales de este domingo por más de cuatro puntos porcentuales (49,5% del actual jefe del Estado turco frente a los 45% de Kemal Kilicdaroglu, lo que se tradujo en una diferencia entre ambos de 2,5 millones de votos). Una ventaja, con todo, aún insuficiente para el veterano líder turco, que tendrá que medirse en segunda vuelta al líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP) y la Alianza Nacional el próximo día 28 para revalidar el cargo. Lo ajustado del resultado augura una cita turbulenta y dos semanas no menos intensas por delante.
A primera hora de este lunes, Erdogan, de 69 años, que ha gobernado Turquía durante las últimas dos décadas –once años como primer ministro y nueve como presidente de la República, con sendas mayorías absolutas en 2014 y 2018– se mostraba aún esperanzado de poder superar el 50% de los sufragios y evitar la segunda vuelta, algo que a la postre no ocurriría.
Por su parte, Kilicdaroglu se manifestaba más que optimista ante la próxima cita con las urnas. “Con toda seguridad ganaremos la segunda vuelta… y traeremos la democracia”, aseguró ayer en Twitter el candidato socialdemócrata, de 74 años. Hasta el final de la jornada del domingo y con el escrutinio avanzado, desde el CHP se aseguraba que Kilicdaroglu era el ganador de los comicios. Quedan, según la comisión electoral turca, unos 35.000 votos por escrutar, aunque no darán la mayoría a ninguno de los dos aspirantes.
El buen dato de participación no impidió que la misión de observación electoral de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) denunciara la “ventaja injustificada” del candidato y líder del Partido Justicia y Desarrollo, Recep Tayyip Erdogan, durante la campaña de las presidenciales y parlamentarias respecto a sus rivales y las “continuadas restricciones a las libertades individuales”.
“Han sido elecciones competitivas, pero limitadas, ya que la criminalización de algunas fuerzas políticas, incluida la detención de varios políticos opositores, evitaron un pluralismo político total y afectaron al derecho individual a presentarse a las elecciones”, aseguraba ayer el jefe de la misión de la OSCE, Michael Georg Link.
Por su parte, el jefe de la delegación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE), Frank Schwage, iba más allá al afirmar que, aunque “la democracia turca está demostrando ser increíblemente resiliente”, el país “no cumple los principios básicos para celebrar elecciones democráticas”. “Figuras políticas y sociales clave están en prisión incluso tras fallos del Tribunal Europeo para los Derechos Humanos, la liberad de los medios está gravemente limitada y hay un clima de autocensura”, prosiguió Schwage en declaraciones recogidas por Europa Press.
La polémica había comenzado con el mismo inicio del conteo el domingo, cuando desde la principal formación de la alianza opositora, el CHP, se denunciaba la “manipulación” de la agencia estatal de noticias Anadolu en la difusión de la información. “Están continuamente impugnando las actas de la votación, y así bloquean el sistema. No se debe manipular el sistema con impugnaciones”, advirtió el propio Kilicdaroglu ante las cámaras.
Ante lo ajustado de los resultados, ningún gran líder internacional valoró públicamente los resultados de la primera vuelta de las presidenciales y los comicios legislativos. Desde Rusia el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov elogiaba la “madurez” de la democracia turca.
Semejante mensaje se lanzó desde la República Islámica de Irán. El portavoz de Exteriores del régimen de los mulás aseguró que “la alta tasa de participación y las exitosas votaciones de las elecciones presidenciales y parlamentarias son un índice de la victoria para la democracia”,
Sólo los presidentes de Azerbaiyán, Ilhan Aliyev, y de Uzbekistán, Shevket Mirziyoyev, felicitaron a Erdogan por su “éxito” en la doble cita electoral de este domingo. La bolsa de Estambul se desplomaba en la mañana de ayer tras conocerse los resultados definitivos. La lira turca marcó también mínimos de dos meses.
Decisivo para el resultado final de los comicios presidenciales será el comportamiento de voto de los partidarios del tercer candidato, el líder de Alianza Ancestral, Sinan Ogan, que logró el 5,2% de los sufragios en la primera vuelta. Ideológicamente la formación de Ogan, nacionalista, está más próxima a Erdogan que a la Alianza Nacional de Kilicdaroglu, pero resulta una incógnita saber en qué medida los partidarios del tercer candidato en las presidenciales apoyarán –o castigarán– al actual presidente. Ogan, antiguo aliado de Erdogan, evitó respaldar a ninguno de los dos candidatos que se medirán el día 28. “Por ahora no diremos si apoyamos a uno u otro. Quienes no se distancien del terrorismo que no vengan a nosotros”, zanjó.
La contienda movilizó como nunca a la sociedad turca, y la participación se situó en el 90%, lo que permite dibujar un mapa preciso de la Turquía actual: un país dividido casi en dos mitades entre partidarios del actual presidente y detractores del mismo, estos últimos se dividan en formaciones ideológicamente heterogéneas. Geográficamente, la Anatolia del interior mostró su favor por Erdogan, mientras la urbana y costera, además de las áreas orientales de mayoría kurda, votó mayoritariamente por la oposición.
Si los especialistas estimaban que las consecuencias de terremoto del pasado 6 de febrero –que se cobró más de 50.000 vidas y dejó sin hogar a 1,5 millones de personas– le podrían costar la presidencia a Erdogan, lo cierto es que el mandatario logró un sólido respaldo de las poblaciones más golpeadas por la tragedia. De las once provincias afectadas por el sismo –entre ellas Gaziantep, Malatya, Sanliurfa o Kahramanmaras–, el líder del AKP se impuso en ocho de ellas en la convocatoria presidencial.
Retroceso del AKP en las legislativas
También se celebraron este domingo comicios legislativos en Turquía, y en ellos el AKP de Erdogan se impuso a sus rivales, aunque experimentando un importante retroceso en el Parlamento respecto a los anteriores comicios. La formación islamista y sus aliados ultranacionalistas e islamistas obtuvieron finalmente un total de 322 diputados de los 600 del Parlamento, 22 menos que en 2018.
Por su parte, la alianza de partidos liderada por el CHP consiguió 213 escaños. La formación prokurda e izquierdista HDP y sus socios del Partido de la Izquierda Verde, tradicional tercera fuerza en el Parlamento unicameral turco, se hicieron con 65 escaños.
✕
Accede a tu cuenta para comentar